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s2t2 -No todos los bancos y cajas tienen el mismo tipo de ladrillo


No todos los bancos y cajas tienen el mismo tipo de ladrillo

@A.M.Bajo - 20/01/2009 06:00h


Seguimos hablando de banca y sector inmobiliario. No queda otra. Pero igual que el análisis del balance de cualquier inmobiliaria en función de su composición por actividad (promoción o patrimonial), usos y presencia geográfica permite un vaticinio más o menos exacto sobre su viabilidad, ocurre exactamente lo mismo con la cartera inmobiliaria de los bancos y cajas españoles.

 

Si nos ceñimos a los primeros nos referimos fundamentalmente a Santander, Banesto, BBVA, Sabadell yPopular. Ellos aparecen en casi todas las piruetas corporativas o estrictamente hipotecarias realizadas en los últimos cinco o seis años en España, y ahora les toca apechugar. Pero sería injusto e incorrecto decir que están todos igual. El tipo de proyectos que han financiado no son los mismos. Con el conocimiento que mi atalaya clínica me permite, creo que la “calidad” de los proyectos que se están quedando y sacando al mercadoSantander (a través de su sociedad Altamira Real Estate) y Banesto (con Promodomus y Programa Hogar Montigalá) es mucho mayor que la de sus aludidos competidores. Apenas hay en las dos entidades proyectos de segunda residencia ni cosas especialmente extrañas a las que no se les pueda dar salida con un precio adecuado y una gestión más inmobiliaria que bancaria (no en vano, al frente de ambas divisiones inmobiliarias se encuentran equipos dirigidos por ex –Urbis). También es verdad que cada uno de ellos tiene sus caramelitos, como Seseñas y Valdeluces, pero estoy convencido de que con la perspectiva que permite la salubridad financiera de cada uno de ellos (hace pocos días conocíamos en detalle las cifras de Banesto en boca de su presidenta) en un horizonte a cinco años vista serán capaces de sacar adelante sus inmuebles.

 

Popular y Sabadell lo tienen más complicado en la medida en que han financiado proyectos de más heterogéneo “pelaje” (corporativos y singulares) y llevan incluso una ligera desventaja en el tiempo en lo que a organización y equipo se refiere, aunque no mucha, el primero manteniendo equipos clásicos de la casa y el segundo con un exLandscape.

 

En cuanto a las Cajas, el oscurantismo sobre el tamaño del “embolado” a gestionar es mucho mayor. Sin dar nombres, podemos llegar a encontrarnos con que solamente las minusvalías generadas en algún megaproyectode suelo se coman más de la mitad del beneficio previsto para el 2008. Poco a poco lo iremos sabiendo. Además, a diferencia de los bancos, las cajas también se han complicado más, entrando en proyectos internacionales de suelo y promoción, normalmente la mano de grandes promotores no cotizados (vía financiación e incluso participación). En ellas, las fuentes informativas de las que en este momento disponemos, coinciden en reconocer una especie de parálisis por pánico y una, de momento notable indecisión, con motivos para pensar que las decisiones más inmediatas no serán otra cosa más que movimientos de desvío a efectos de huir de otras alternativas más temidas.

 

Probablemente el año 2009 traiga una nueva y ya casi difícilmente imaginable agudización de la crisis global mientras seguimos asistiendo al virtuosismo demagógico del Gobierno. Pero a nivel de inmobiliario residencial, si se produce un correctivo ajuste de precios por parte de promotores y bancos, puede que empecemos a sumar unidades vendidas. En las últimas semanas he podido intercambiar información con promotores, que después de muchos meses con parte de sus ventas a cero, mediante agresivas bajadas están consiguiendo vender. Eso significa que con un buen producto (por zona y precio) es posible la venta. De todos modos, que nadie saque conclusiones equivocadas de mis palabras. Puede que lo peor lo estemos terminando de pasar, pero al mercado de la vivienda le quedan cinco años durísimos (esta es la previsión que manejas los bancos con los que empezábamos este ojo clínico).