Rosa Díez: “Zapatero busca un cuerpo a cuerpo que no estoy dispuesto a concederle”
Rosa Díez celebrará este fin de semana con sus afiliados el primer año de vida de UPyD (EFE).
@Daniel Forcada.-01/10/2008
La ex socialista Rosa Díez acaba de cumplir un año al frente de Unión, Progreso y Democracia, la formación con la que consiguió colarse en el Congreso gracias al apoyo de más de 300.000 ciudadanos. Sea porque ha dado con la fórmula que faltaba en la política española o porque sus rifirrafes con Zapatero son sonados, lo cierto es que las encuestas le dan un crecimiento como la espuma. Es de las pocas portavoces que en el poco tiempo que lleva en el cargo más ha logrado sacar de sus casillas al presidente del Gobierno. Ella, en cambio, niega la mayor: “No sé porqué se pone tan nervioso”, afirma.
Las encuestas ya la sitúan como la segunda líder mejor valorada del país. Con más puntuación incluso que Mariano Rajoy…
Valorar a un político con poder siempre puede tener el componente de que se valora también al poder, pero valorar a un político que no tiene ningún tipo de poder es algo emocional, de empatía personal. Yo hago política porque me gusta la gente y también quiero gustarle a la gente.
Su paso por el Congreso ha demostrado, de momento, que tiene una capacidad innata para sacar de quicio a Zapatero.
No sé por qué, pero se pone muy nervioso. Con él nunca he entrado en consideraciones de carácter personal, ni cuando intervengo, ni cuando le contesto. No pienso entrar nunca a ese trapo personal que continuamente me suelta. Siempre hago una reflexión política y él, en cambio, me ataca siempre en lo personal. Busca un cuerpo a cuerpo que no estoy dispuesta a concederle. No he venido aquí para resolver ningún tipo de obsesión personal suya. Allá él, no pienso entrar en ningún tipo de historia personal que él provoca permanentemente.
Y con sus antiguos compañeros de partido, ¿han mejorado las relaciones?
Con la mayoría de la gente son correctas. Algunos con los que más relación tenía, noto que a veces se cuidan de aparecer como muy cariñosos o muy cercanos a mí si tienen cerca de alguno de sus jefecillos. Me da tristeza por ellos. Insisto, con la mayoría las relaciones son correctas, es más, desde que me he ido del partido, algunos se han relajado y tienen una relación más positiva que antes. A otros, en cambio, les puede el sectarismo y soy trasparente para ellos.
En todo caso, parece que algo de rencor queda. Pedro Solbes se ha reunido con todos los portavoces parlamentarios salvo con usted para buscar apoyos a los presupuestos.
Eso les califica. Un Gobierno que hace una ronda con los portavoces de todos los partidos, no puede cometer el error y el desprecio político de no llamar a un diputado. Yo estoy aquí porque hay 303.535 ciudadanos que me han votado, no porque se me ha ocurrido a mí. Es una demostración de falta de respeto a los ciudadanos. No me siento maltratada, a mí me da igual que me llame o no, está en su debe el haberlo hecho, pero es un error político.
¿No tienen ningún tipo de voluntad a llegar a acuerdos con usted?
Han demostrado una forma de comportarse muy poco democrática. Yo, desde luego, lo que sí tengo claro es que voy a analizar los presupuestos sin ningún tipo de prejuicio y, también, sin ningún tipo de complejo. Lo que me parezca bien, diré que está bien, y lo que no, pues no, al margen del comportamiento que ha tenido el Gobierno.
¿Tiene decidido ya el sentido de su voto?
Los presupuestos tienen que ayudar a salir a la crisis y, para ello, tienen que reconocer que hay una crisis. No sé si lo hacen. De momento, hemos oído los eslóganes, pero no hemos visto las tripas. Hay que aceptar que es necesario hacer una cierta reorientación al modelo de crecimiento en España. Si lo hacen, serán unos presupuestos positivos. Si en cambio, continúan en la contemplación del discurso de somos los mejores y aquí no pasa nada, pues tendremos unos malos presupuestos en los que dará igual que aparezcan eslóganes de que no se recorta el gasto social. Me preocupa que, por ahora, en vez de hablar de presupuestos, el debate que ha habido con quienes han pasado por la capilla de Solbes haya sido no el de un proyecto para gobernar el país de la mejor manera posible durante el próximo año, sino el de qué hay de lo mío.
¿Qué espera de la reunión Zapateo Rajoy?
Vamos a ver, no la quiero juzgar previamente. Lo más lamentable es que en España resulte extraordinario lo que en los demás países es ordinario. Eso califica a nuestros gobernantes. En Alemania se constituyó el gabinete de crisis cuando aquí Zapatero aún estaba diciendo que esto era una cosa de los norteamericanos y que aquí no iba a llegar.
¿Ya tienen ya pensado quién será su candidato en el País Vasco?
No, ni en el País Vasco, ni en Galicia. En eso estamos. Ambas elecciones van a ser un test muy interesante para nosotros.
¿UPD apoyaría un posible gobierno de Patxi López si así se lograse desalojar a Ibarretxe de Ajuria Enea?
Creo y estoy plenamente convencida de que podemos ser determinantes en la política vasca. Sin ninguna duda, vamos a entrar en el parlamento. La única condición que ponemos es que nosotros no apoyaremos un Gobierno con nacionalistas.
Y eso que lo dice una persona como usted, que ha sido consejera de Turismo del Gobierno vasco…
La experiencia te ayuda a no cometer los mismos errores. Hicimos bien los socialistas cuando pactamos aquel gobierno de coalición en los años 80 para tratar de incorporar al nacionalismo institucional a la defensa de la Democracia y conseguimos acuerdos como el de Ajuria Enea y los Pactos de Madrid. Pero llegó un momento en el que el nacionalismo demostró que era insaciable. Nos dimos cuenta de que la constitucionalización del nacionalismo vasco, que era el objetivo del partido socialista, pasaba por mandar al PNV a la oposición. Ésa es mi experiencia. Y conmigo lo aprendieron todos los del PSE, que llegaron a la misma conclusión pese a que ahora algunos digan lo contrario. Por eso terminaron aquellos gobiernos. Muchos dirigentes del PSOE dijeron esto mismo durante mucho tiempo, yo lo sigo pensando.
¿María San Gil tiene cabida en un proyecto como el de UPD? ¿Se ha puesto en contacto con ella para ofrecerle algo, como ya hizo Esperanza Aguirre?
No. Yo respeto demasiado a María como para hacerle una cosa así. Ha sido una mujer que autónomamente ha hecho lo que creía que tenía que hacer y ella es muy dueña de su destino. Siempre he pensado que el día en que María se fuese de la primera línea del Partido Popular, se iría de la política.
¿Por dónde adelanta más UPD? ¿Por la derecha de Zapatero o por la izquierda de Rajoy?
Por los dos sitios. Hay una gran cantidad de ciudadanos que no se consideran obligatoriamente de derechas o de izquierdas, que no tienen la sensación de nacer con una pegatina en el pañal que les marque de por vida. Hay mucha gente con libre albedrío que decide en función de la situación, de la propuesta, que cambia de voto a lo largo de su vida. El libre albedrío es mucho más trasversal de lo que las dos grandes formaciones políticas se creen. Y entre esa gente está la masa electoral futura de UPyD. En España hay espacio para un partido como el mío. Crecemos en ese campo amplísimo de gente que no tiene complejos, que se considera progresista, pero cree que eso no significa que tenga que estar siempre de acuerdo con los que presumiblemente dicen ser de izquierdas. Hay millones de españoles para los que UPD es opción de alternativa, no de bisagra, aunque es verdad que hasta llegar a alternativa seremos bisagra.
¿Qué balance hace de este primer año de aventura al frente de UPyD? ¿Ha merecido la pena, como decía en su libro?
En un cortísimo espacio de tiempo hemos rotos algunas barreras que parecían infranqueables como la conexión con la gente. Más allá de que los datos que reflejan las encuestas, es un estado de opinión que percibimos en cualquier parte de España. Hay mucha gente que se nos acerca para decirnos que está muy contenta de que haya una nueva opción política. En España se creía que todo el mundo estaba harto de la política y que a nadie le interesaba, pero se ha demostrado que eso no era cierto. Hay mucha gente harta de una determinada forma de hacer política, de unos determinados roles de los partidos tradicionales, pero que busca otra cosa y si la encuentra, está dispuesto a involucrarse. En menos de un año hemos logrado superar los 8.000 afiliados, y eso es una muy buena noticia.
¿Se siente maltratada por los medios de comunicación?
No, pero creo que hay comportamientos muy distintos. UPyD está incorrectamente tratado por la televisión pública. En TVE no existimos ni yo, ni Fernando Savater, ni Carlos Martínez Gorriarán, ni nadie. Nos ningunean a conciencia y es una vergüenza. Los informativos, cuando hablan de partidos políticos nacionales, solo citan a PP, PSOE e Izquierda Unida y, después, pasan a los nacionalistas. Da igual que salgamos en las encuestas por encima de uno o de otro, no aparecemos. Y lo mismo ocurre en los debates y tertulias, a los que nunca somos invitados.