No hay que ser un lince para afirmar que antes de que termine el año muchos españoles estarán pagando un precio más alto por su hipoteca.
¿Cuánto? ¿Cientos de euros de más al mes? Posiblemente.
El Banco Central Europeo está mirando con preocupación la aguja que mide la inflación. La euro-zona, es decir, los países que sostienen el euro, está sufriendo la mayor pendiente inflacionaria desde finales de 2008: ya está al 2,4%. El nivel más alto desde octubre de 2008. Y tiene ganas de subir. La historia se repite.
Hagamos memoria: en julio de 2008 el barril de petróleo escaló a casi 150 dólares. Asustado por la subida de precios, el BCE subió el tipo central al 4,25%. Y, por supuesto, el euríbor, siguiendo la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo, ascendió a su mayor nivel en la historia: 5,393%.
Entonces, las hipotecas a interés variable subieron tanto que obligaron a muchas familias a regalar sus casas con hipoteca incluida porque no las podían pagar. Eso sucedió en pocos meses. Luego, el euríbor bajó pero el daño ya estaba hecho.
Hoy el euríbor ya está a 1,674%. Asumible. Hace un año estaba más bajo, al 1,1%.
Y volvemos a vivir una situación parecida. Con la inflación en España al 3%, y la alemana cerca del 2%, es cuestión de meses que el BCE diga: “Amigos, se acabó lo que se daba: hay que subir los tipos”.
Las condiciones mundiales indican que en lugar de bajar, la inflación seguirá subiendo: inestabilidad en África y Oriente Medio que empujan el precio del petróleo, gran demanda de materias primas en India y China, que están creciendo a un ritmo nunca visto…
Es cuestión de tiempo que la inflación se convierta en la gran espoleta, justo cuando España aún no se ha recuperado de su una crisis de tres años.
Según The Wall Street Journal, citando fuentes de ING Groep (Holanda), el BCE no apretará el gatillo de los tipos hasta el último trimestre del año. Pero apretará el gatillo.
Y esa bala irá directamente a las hipotecas con interés variable, esas que según los directivos de banca de este país “nunca van a subir, Pepe, sino a bajar”.
¿Quién tiene el dedo en el gatillo de tu hipoteca?
El Banco Central Europeo está mirando con preocupación la aguja que mide la inflación. La euro-zona, es decir, los países que sostienen el euro, está sufriendo la mayor pendiente inflacionaria desde finales de 2008: ya está al 2,4%. El nivel más alto desde octubre de 2008. Y tiene ganas de subir. La historia se repite.
Hagamos memoria: en julio de 2008 el barril de petróleo escaló a casi 150 dólares. Asustado por la subida de precios, el BCE subió el tipo central al 4,25%. Y, por supuesto, el euríbor, siguiendo la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo, ascendió a su mayor nivel en la historia: 5,393%.
Entonces, las hipotecas a interés variable subieron tanto que obligaron a muchas familias a regalar sus casas con hipoteca incluida porque no las podían pagar. Eso sucedió en pocos meses. Luego, el euríbor bajó pero el daño ya estaba hecho.
Hoy el euríbor ya está a 1,674%. Asumible. Hace un año estaba más bajo, al 1,1%.
Y volvemos a vivir una situación parecida. Con la inflación en España al 3%, y la alemana cerca del 2%, es cuestión de meses que el BCE diga: “Amigos, se acabó lo que se daba: hay que subir los tipos”.
Las condiciones mundiales indican que en lugar de bajar, la inflación seguirá subiendo: inestabilidad en África y Oriente Medio que empujan el precio del petróleo, gran demanda de materias primas en India y China, que están creciendo a un ritmo nunca visto…
Es cuestión de tiempo que la inflación se convierta en la gran espoleta, justo cuando España aún no se ha recuperado de su una crisis de tres años.
Según The Wall Street Journal, citando fuentes de ING Groep (Holanda), el BCE no apretará el gatillo de los tipos hasta el último trimestre del año. Pero apretará el gatillo.
Y esa bala irá directamente a las hipotecas con interés variable, esas que según los directivos de banca de este país “nunca van a subir, Pepe, sino a bajar”.