De nuevo, el euro está a punto de fracasar. El último en decirlo es Matthew Lynn, analista de la agencia de noticias financieras Bloomberg. “El euro se ha convertido en una máquina de bancarrotas“, afirma en su reciente columna. Dice que cuando empiece a temblar Irlanda (que ya lo está haciendo) hagamos oídos sordos a aquellos que dicen que la sangría está taponada. No señor, el euro se irá a la porra, dice este analista. “Después de Irlanda vendrán Portugal y España, y luego Francia e Italia”.
El fin del Europa.
El fin del Europa está anunciándose desde la primera semana de febrero, cuando los mercados europeos comenzaron a sufrir el ataque de los fondos especulativos. A muchos molestó ese ataque de “especuladores”, pero una vez que se acepta el libre movimiento de capitales, se deben aceptar los ataques.
Otra cosa es creerse que estos ataques estén demostrando el fin del euro y el fin de Europa.
Desde febrero, la inmensa mayoría de los artículos contra el euro prodeden del otro lado del telón financiero: en esta esquina, el euro; y la otra esquina, la libra, el dólar, Financial Times, Bloomberg, Dow Jones, Wall Street Journal, New York Times… Las grandes plazas financieras.
¿Tienen razón o están equivocados?
A los lectores y a los electores no se les puede ocultar que el euro está teniendo problemas, que el modelo que sustenta al euro está lleno de agujeros, que no se puede sostener una moneda común con una ensaladilla de países que tienen economías desiguales… Incluso los medios que están a este lado del telón financiero (alemanes, franceses, españoles) han hecho ese análisis.
Pero no deja de sorprender la cantidad de artículos, una desproporcionada cantidad, que viene de países que no están en la Zona Euro.Y que no analizan los problemas del euro, sino ya lo dan pormuerto y hasta casi lo desean.
¿Por qué lo hacen? Se me ocurre decir lo mismo que dicen los psiquiatras cuando oyen a sus pacientes volcar sus odios contra algo o alguien: ¿están hablando de verdad o solo proyectando sus odios?