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El inicio del curso financiero ha sido muy positivo para el Reino de España: coloca todas las emisiones de deuda pública a mejorando sus precios respecto a la primavera, y acortando el diferencial con la deuda alemana. La situación mejora ¿mejora?.
Como casi todo, conseguir colocar la deuda prevista presenta dos caras. La positiva es el mismo hecho de la colocación: los mercados ya distingue entre España y los otros “pigs”, Portugal, Grecia e Italia; le negativa es que falta claridad sobre el nivel real de la deuda española. Hoy mismo enlainformación.com se cuenta que la deuda de la comunidades autónomas ha rebasado por primera vez en su corta historia los 100.000 millones de euros (10 por ciento del PIB) mientras que los ayuntamientos no dejan de subir su endeudamiento.
Cuando Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana o cualquier otra Comunidad coloca un empréstito en el mercado, el avalista de hecho, aunque no de derecho, es el Reino de España. Con otras palabras: es imposible que una comunidad autónoma suspenda pagos porque el Reino de España se apresurará a pagar. Aunque las agencias de rating bajen la calificacion de Cataluña y Andalucía, como Fitch ha hecho hoy viernes, los inversores saben que no serán Montilla ni Griñan los que corran con los gastos.
Y a pesar de que esa deuda autonómica y municipal es, al final, riesgo del Reino de España esa partida no figura en sus cuentas, es decir en los balances del Estado. Mientras cada quien afronte sus deudas, como hasta ahora, aquí no pasa nada; pero en el momento en que una Comunidad Autónoma le falte liquidez se planteará un problema general de solvencia.
