@J. Jacks - 18/05/2010 06:00h
Después de la Segunda Guerra Mundial, en EEUU se pensó que si se unía Europa bajo un solo gobierno, se podía hacer mucho dinero a la vez que se evitaba la costumbre de tener una guerra cada 20 años. De aquella idea nacería la Unión Europea y el euro en 1999.
Alemania y EEUU sabían en 1999 que meter a Grecia o España con Alemania o Francia bajo la misma moneda y con el corsé de los Criterios de Maastricht llevaría a los primeros a la ruina. Lans Bovenber ya había explicado que si se dejaba a los gobiernos la política fiscal, esos Criterios no sólo no impedirían los déficits, sino que los aumentarían. Barry Eichengreen ,Carl Walsh oPaula Hildebrandt se cansaron de explicar por qué este euro era un error para los países del Sur y que sólo era cuestión de tiempo que sus economías saltaran por los aires.
Pero Alemania necesitaba el gasto de los países del Sur, los países del Sur querían gastar y EEUU necesitaba una referencia para el dólar y evitar a Rusia. Todo el mundo ganaba. Todo con la ayuda del BCE. La apuesta podía haber salido bien o mal pero se contaba con los políticos y ciudadanos del Sur “comprometidos” con el gasto descontrolado.
Para 2005 ya había informes que alertaban de los desequilibrios que el euro estaba provocando en los países del Sur y de cómo estos ya no cumplían los criterios. En 2005, Grecia, Portugal, España…podían haber corregido dichos desequilibrios sin causar serios problemas a sus economías y ciudadanos pero se prefirió no hacer nada.
Para algunos la decisión de no hacer nada se debió a la incompetencia de la Comisión Europea. Para otros, quizás se debió a algo más. ¿Cómo convencer a millones de europeos que lo mejor para ellos era mayor centralización política en vez de gobiernos nacionales? Colocando las economías de sus Estados en tal situación que vieran que las decisiones de sus Gobiernos los llevaban a la ruina y que la Comisión era la salvación.
Quienes piensan así creen que los esfuerzos han empezado a dar resultado en 2010. Se empezó con Grecia, el eslabón débil, y España es la siguiente. A Grecia ya se le impuso medidas que sus ciudadanos no pueden asumir y España acaba de empezar con las suyas.
Alemania y EEUU saben que las medidas del Gobierno sólo agravarán la crisis y no reducirán el déficit hasta el 3% (hasta dicho por “uno de los suyos”). Reducir gastos sin generar ingresos no reducirá el déficit (salvo un recorte a lo Letonia que se cargue el 20% del PIB). Para generar ingresos, el PIB deberá crecer. ¿Y va a crecer nuestro PIB?
El Gobierno estima un crecimiento del PIB para el 2011 del 1,8%. Según elBanco de España un 0,8%. La diferencia es la distinta evolución del consumo (+1,4% para el Gobierno y -0,3% para el Banco) y del nivel de ahorro (11% versus 16,6%). La realidad parece darle la razón al Banco ya que en el primer trimestre de 2010, la demanda descendió un 2,6%. Asumiendo la misma desviación para 2012 y 2013, el crecimiento del PIB sería del 1,2% y del 1,37%. La experiencia de pasadas crisis es que España necesitó el 2,6% anual para crear empleo neto. Sin empleo neto antes de 2013.
¿Por qué el PIB no crece? El 56% del PIB es consumo. Sin aumento del consumo no hay creación de empleo neto y el consumo no responde. La otra opción es el sector exterior. Para que el sector exterior ayude al crecimiento del PIB, la competitividad debe mejorar. Los Índices Armonizados de Competitividad muestran que si en el primer trimestre de 2009 era malo, en el último trimestre de 2009 fue peor. Así, la contribución del sector exterior será de 1,6 puntos en 2010 y 1 en 2011. Totalmente insuficiente.
Si ni el consumo ni el sector exterior contribuirán a que el PIB crezca por encima del 2,6% y el sector publico recorta su gasto, ¿cómo se enjuagará los €71.000 millones pendientes de déficit? Con más impuestos y recortes hasta que España vuelva a la situación que tenía en 2001.
El gasto en salarios supondrá otra vez el 10% y el resto de los componentes del gasto (10,9% en 2009) se reducirán hasta el 6,6%. Se reducirán prestaciones de desempleo, inversiones, transferencias corrientes hasta que el gasto vuelva al nivel de 2001. Probablemente se aumentará el tipo al 56% para rentas superiores a €53.407 y al 44% para rentas hasta €33.007.
Someter a los ciudadanos a este ajuste no resolverá nada. En 1999 sabíamos que si el PIB crecía menos del 5,25%, solo se podía cumplir con un déficit del 3% y de deuda del 60% con una inflación superior al 3% (lo cual, a su vez, incumplía otro de los Criterios de Maastricht. Divertido como los alemanes crearon los Criterios, ¿no creen?).
Siguen sin querer enterarse de que es una deflación de deuda. Siguen sin querer enterarse que un plan que socorre a entidades financieras y a la deuda soberana no resuelve la deuda de las familias. Mientras no se arregle la deuda de las familias no hay solución.
Pero no hay que preocuparse. El Consejo Europeo ya ha decidido por ustedes su futuro. “La UE puede ser un agente de cambio en el mundo. Pero sólo será posible si trabajamos juntos; los cambios futuros son demasiado grandes para que un país pueda hacerles frente individualmente. Después de 50 años, la UE se enfrenta a una elección. 2010 puede marcar el comienzo de una nueva fase para la UE o caer en la marginalidad convirtiéndose en una irrelevante península de Asia”.
Toda la preocupación del Consejo es que Europa no se convierta en China. Qué curioso que alguien diga lo mismo, ¿no les parece?
¿Ven como las crisis sí sirven para algo?