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Ahora sí bajará el precio de los pisos


La nueva regulación bancaria anunciada por el Banco de España puede jugar el papel del bicarbonato para acelerar la digestión  de la burbuja inmobiliaria que tiene inmovilizada como una boa a la economía española.
Hasta ahora (bueno, hasta la entrada en vigor de la disposición anunciada) los inmobiliarios eran unos activos que ni comían pan ni se estropeaban. En crisis anteriores y al grito de “los errores en inversión inmobiliaria se corrigen con el tiempo”, cajas y bancos dejaban en cartera tales activos hasta que los precios se recuperaran.
Desde que en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria,  cajas y bancos han practicado la misma política, negándose a reconocer las pérdidas en sus créditos y sus activos relacionados con el inmobliario. Su posición tenía un motivo claro: evitar que sus cuentas de resultados se tiñeran de rojo; pero el precio de ese inmovilismo ha sido que se quedaron sin dinero para financiar a otros clientes que no tuvieran relación con el inmobiliario. Y el resultado final está a la vista: una economía que no se mueve, en la que lo único que crece son el paro y las deudas.
Ahora el Banco de España dice que esa cartera de inmuebles y créditos debe ser provisionada, de forma que las pérdidas aflorarán mientras no se deshagan de esos pisos y/o de los créditos que los soportan. En concreto, un activo inmobiliario lleve más de un año en balance perderá el 20 por ciento del valor al que esté apuntado y si es más de dos años la pérdida será del 30 por ciento.
Para el caso de activos inmobiliarios que soporten los créditos morosos, las pérdidas van desde el 20 por ciento en el caso de que el malpagador viva en la casa hipotecada, al 40 por ciento si la casa está vacía. Las fincas rústicas (muchas de ellas pagadas a precio de urbanas), oficinas y naves terminadas perderán el 30 por ciento, y, en fín, las parcelas, solares, etc. solo podrán ser contabilizados al 50 por ciento del precio que se pagó.
En definitiva el Banco de España, (quizás porque la crisis es más grave que cualquiera  de las anteriores, quizás porque el agujero financiero es más grande)ha dicho que mantener inmovilizados créditos e inmuebles en el balance va a costar dinero y cuanto más tiempo pase, más dinero costará.
Las cajas y bancos tendrán que hacer sus cálculos y ver que les resulta más económico: perder dinero vendiendo viviendas o perder dinero aguantando tales viviendas. Servidor es de letras, pero aún así piensa que la combinación de los tres tipos de provisiones anunciadas por el Banco de España (aumento de la provisión para morosos, pérdida de valor de los activos inmobiliario en balance y valor contable de los activos que garanticen préstamos morosos) pueden ser un buen pinchazo en las posaderas de cajas y bancos para que estos se decidan, por fin,  reconocer errores y bajen sus pretensiones vendiendo a pérdidas.