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Veo las cosas clarísimas




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Estoy preocupado. Porque lo veo todo clarísimo. Y cuando uno ve clarísimo lo que los otros ven oscuro, se acuerda de aquel que iba por la autopista a toda velocidad, quejándose de que todos los demás iban en dirección contraria.

Veo clarísimo lo siguiente:
El Gobierno tiene una tarea un poco complicada, lo cual no es nada nuevo. Lo sabíamos todos, incluso ellos, y bien que trabajaron para que les eligieran. Y cuando en Andalucía les falló la jugada, menudo disgusto que se pegaron.

La oposición, o sea, los que gobernaban antes, también tiene una tarea un poco complicada, lo cual tampoco es nada nuevo. En su caso, es muy complicada, porque tienen que elegir continuamente entre callarse y hablar. Y las dos cosas son difíciles. Porque si te callas, la gente puede pensar que te has vendido al enemigo, y si hablas, pueden pensar que mira quién habla. (Es que la gente es muy mala.)

Los que no son Gobierno ni oposición, sino que tienen una parcelica y la defienden, intentan sacar todo lo que pueden. Y también a estos les pasa que, si apoyan al Gobierno, puede no gustar a los suyos y si no le apoyan, la gente mala les puede tachar de victimistas, traidorcetes y poco de fiar.

Los Bancos lo tienen un poco complicado (no hablo de las Cajas, porque ya no existen). Lo tienen complicado porque como tiene que coincidir el Activo con el Pasivo, manía que no sé a quién se le ocurrió, miran el Activo y piensan: “¡ay, madre!, ¿cuánto valdrá de verdad esto que tengo aquí, tan bonito y tan presentable, pero que yo sé que por dentro es francamente feo e impresentable?”

Y siguen pensando que si no se sabe de verdad cuánto vale el Activo, porque no lo sabe nadie, pero lo sospechan, y el Pasivo tiene que coincidir con el Activo, pues resulta que Activo un poco cochambroso menos Pasivo de verdad (porque lo que se debe siempre es de verdad) igual a unos Recursos propios que no se sabe cuánto son. Y como los de Basilea, sin duda para darse importancia, han decidido que el core capital, que le llaman core capitalcomo le podían llamar otra cosa, tiene que ser no sé cuánto, pues no les salen las cuentas.

Comentario: En el Diccionario que voy haciendo para entender más o menos lo que pasa, veo la siguiente definición, copiada de algún sitio: CORE CAPITAL. Recursos propios (capital y reservas) en relación a los activos, ponderados por riesgo. Es decir, si los activos tienen mucho riesgo (edificios ruinosos, deudas de países de no fiar, etc.) se exigen más recursos propios.  

El Banco Central Europeo lo tiene complicado, él, que nació para controlar la inflación. ¡Con lo fácil que era! Si subía la inflación, se subían un poco los intereses y ya está: todos a portarse bien otra vez. Pero ahora, con eso de ay que nos hundimosse ha puesto a fabricar dinero y a prestárselo todo nuevecito a los bancos. Pero los bancos, muy pillos, se lo guardan, en vez de prestárnoslo a la gente de la calle, porque no vaya a ser que la gente de la calle no se lo devuelva. Y entonces, compran deuda pública, o sea, se lo prestan al Estado, o se lo guardan en el mismo BCE, perdiendo dinero, pero sin riesgo.

Los de Basilea, que no sé por qué se meten en estas cosas, siguen sin fiarse de los bancos y siguen poniendo más condiciones.  Más core capital.
Y llega un señor y dice que hay que hacer un banco malo. Y que con un banco malo, todos los bancos serán buenos.

Y dicen que al Presidente Rajoy no le disgusta la idea. Y que ha encargado al menos dos estudios académicos para que le ayuden a discurrir.

Por ahora, parece que lo que se les ha ocurrido es cambiar el nombre y no llamarle banco malo. Ahora le llaman “desconsolidación inmobiliaria”, e incluso hablan de la “segregación de los activos inmobiliarios problemáticos de la banca mediante su desconsolidación del balance”. ¡Hala semántica!

La idea de la desconsolidación esta es simple:
La Caja de Ahorros de San Quirico (la única que ha quedado después de la purga) tiene 100 de “Activos inmobiliarios”. Realmente, no es que tenga 100. Es que prestó 100 a un vecino para que se comprase un piso en Barcelona y ese vecino resultó moroso y la CASQ “se adjudicó” (se tragó) aquel piso del moroso por 100. Si el piso está en buena zona, el Presidente de la Caja presume y todos los de San Quirico pensamos que es muy listo. En el Activo aparece “El piso…100” y en el Pasivo, “Capital…100”. Pero el piso está hecho un asco. El propietario era un descuidado y aquello no vale 100, y si me apuras mucho, ni 30.

El presidente de la CASQ tiene un amigo en la zona -aquí todos somos muy amigos- que le ha dicho: “mira, te compro el piso por 35 en euros contantes y sonantes”. Así, el balance cambia un poco. En el Activo pone “Los euros que me han pagado por el piso…35” y en el Pasivo, se mantiene el Capital, que para algo lo pusieron, pero se le añade una coletilla: “menos 65, que he perdido con la venta del piso a mi amigo de la zona”. Con esto se consigue que vuelvan a coincidir el Activo con el Pasivo, pero empatando a 35.

Los Recursos propios (Capital menos Pérdidas) de 35 que han quedado después de esta brillante operación, no les gustan nada a los de Basilea. Y como no les gustan nada, le dicen al Presidente de la CASQ que busque los 65 por ahí. Y el Presidente encuentra otro amigo de la zona, que le hace un préstamo de 65 a 30 años, que los de Basilea aceptan.

Lo malo de todo esto es que las cifras que se manejan son mayores y no todos los presidentes de bancos tienen un amigo que le pueda resolver el tema. Y se les ocurre lo del banco malo, que se podría definir como el super-amigo de la Banca que se queda con toda la porquería acumulada durante todos estos años de vino y rosas. (Por cierto, nunca he entendido lo del vino y las rosas, porque esa no es la idea que tengo de lo que debe ser una juerga, pero se dice así.)

Y lo que más les gusta es que esos 65 que hay que poner los ponga el Estado. Y si los pone el Estado, fenomenal, porque, mientras ganaba yo, ganaba yo y cuando pierdo yo, lo paga el Estado. Y por favor, ahora no digáis eso de “yo quiero ser banquero”, porque habéis llegado tarde. Las plazas están ocupadas y como las remuneraciones son muy majas, nadie querrá irse. Aunque alguno estaría mejor en la calle y no haría tanto daño a la sociedad. Y si queréis saber nombres de los que se deberían largar, leed los periódicos y haced vosotros mismos la lista. Yo ya he hecho la mía.

Veo clarísimas más cosas, aunque he empezado por esto que llaman la reforma financiera, porque es la más urgente. Hasta me atrevería a decir que es urgentísima, porque se trata -ya no sé cuántas veces lo he dicho- de que estos mozos de los bancos arreglen sus cosas pronto para que la gente normal pueda tener créditos normales.

Y si hay que poner dinero entre todos, lo ponemos. Pero antes, que pongan el dinero ellos, aflorando (me parece que se dice así) las pérdidas. Y si los accionistas pierden su dinero, lo pierden. Y si esos señores que mandan se van a la calle, mejor. Y si se les inhabilita a perpetuidad, miel sobre hojuelas.

Porque, con un par de inhabilitaciones -tengo los nombres- algunos chicos se lo pensarían dos veces

Y quizá esas inhabilitaciones ayudarían a empezar a resolver la crisis de decencia que nos azota inmisericorde (cuando me pongo profundo, no hay quien me aguante, pero lo que he dicho es verdad.)

O sea, señor Rajoy: en la próxima intervención por televisión, diga que:
Está haciendo lo que tiene que hacer. Si quiere, 

diga lo del vino y las rosas y las consecuencias que traen consigo esas dos cosas juntas (el vino y las rosas.) Si quiere, añada que esas cosas se traducen en más impuestos y más recortes. Que intentará que sean los mínimos posibles. Que definirá las prioridades, para no tirar el dinero en tonterías locas.

Diga que ya sabe que a los causantes del vino y las 
rosas hay que pedirles responsabilidades, pero que como no quiere echar la vista atrás, va a echarla adelante. Entonces, haga un silencio, mire la iPad, deslice los dedos hacia abajo, como si buscase algo concreto. Así le echa un poco de suspense.

Diga que el banco malo se va a crear inmediatamente, aunque alguno haya dicho lo contrario. Así quedará claro quién tiene que hablar y quién no.

Diga que, en cuanto se cree el banco malo, va a exigir responsabilidades a los responsables, porque para eso son responsables. Y que, como no se trata de llevarles a juicio, porque eso es largo y caro, los va a inhabilitar a perpetuidad, sin posibilidad de indulto.

Y sonría, y diga que si arreglamos el sistema financiero, hemos arreglado tres cuartas partes del problema. Y, además, crearemos empleo. Dígalo así, porque es verdad y porque nos animará un poco, que nos hace falta.

Y no diga eso de que todos los viernes hará reformas, que nos pondremos nerviosos y nos amargará usted el fin de semana.

Y hable usted, por favor, usted. Y formalmente, en la tele. Y sus ministros, que hagan declaraciones después de consultarlas con usted. Y que no las hagan cuando van de viaje, sino en Madrid, que el Gobierno está en Madrid y allí tienen sus despachos. Porque si no, en cuanto salen de viaje o ven un periodista extranjero, sueltan una parrafada y nos descolocan.

P. S.

1. La situación está fea, pero no deja de tener sus puntos cómicos. Uno de los mejores de esta semana, la presencia de D. Valeriano Gómez, Ministro de Trabajo hasta hace cuatro días, que fue a la manifestación del 1 de Mayo a solidarizarse con los parados suyos (5.273.600) y a recibir a los nuevos. Un gesto que diría que le honra, si no fuera porque aun me estoy recuperando de la sorpresa al ver que el señor Gómez no tiene el don de la oportunidad.

2. Menos mal que no fue solo. También le acompañó otro ex Ministro de Trabajo, Jesús Caldera. ¡Ay Señor, qué cosas se ven!

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El AUTOR de este articulo es : -  @Leopoldo Abadía  
04/05/2012  06:00h
Veo las cosas clarísimas
Desde San Quirico,

Veo las cosas clarísimas

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Acerca de ...

@Leopoldo Abadía .-Leopoldo Abadía es un chaval de 75 años, 12 hijos y 40 nietos y ex profesor del IESE, que asegura no saber nada de economía pero que ha puesto en claro la mejor explicación en castellano sobre la crisis subprime.
A partir de ahí, para su sorpresa, miles de personas de todo el mundo consultan diariamente su blog. Desde su atalaya de San Quirico, aporta una voz independiente sobre la complicada realidad económica y social actual. Sin más pretensiones.
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