de Jose María García-Hoz de Jose María García-Hoz
“Las cosas se están poniendo peor para la financiación de los bancos y empresas españolas, pero España no es insolvente”, afirmó Jonathan Tepper, experto de la economía española en Variant Perception, un empresa deanálisis en Londres. “Aunque podría llegar a una situación de iliquidez si los inversores no acudieran a las subastas de bonos.”
Con una deuda total del 115% del PIB además de un enorme déficit anual, Grecia tuvo un problema de insolvencia porque ya no podía generar más dinero para devolver sus deudas.
Con una deuda de la mitad que Grecia, pero con un déficit público similar, España ahora mismo no hace frente a una amenaza de quiebra. Pero sigue necesitando a los compradores extranjeros de bonos españoles que proporcionan financiación – concretamente, 50.000 millones de euros al final del verano- mientras el país se centra en recortar el déficit y mejorar la competitividad de las exportaciones.
Cuando los inversores extranjeros se alejan, como muchos han hecho últimamente, España tiene que confiar en que sean sus bancos los que consigan fondos. Y como hasta los propios bancos españoles encuentren cada vez más difícil pedir préstamos a sus colegas del mundo, se están dirigiendo al Banco Central Europeo como su prestamista de último recurso.
Eso es lo que pasó en Grecia en las semanas anteriores a que tuviese que recurrir a la Unión Europea y al FMI en busca de ayuda. Al final, el resultado este círculo vicioso es un persistente incremento en los costes de los créditos que, al cabo del tiempo acaba por impedir hasta una lenta tasa de crecimiento y empieza a ser lo que los economistas llamamos la trampa de la deuda”.
Landon Thomas Jr. International Herald Tribune (global.nytimes.com),miércoles 16 de junio de 2010,pag. 1