Según datos de la lista Forbes, en España existen 16 personas que ostentan un patrimonio superior a los 1.000 millones de dólares. La suma total de los bienes y derechos de estas personas asciende a 70.400 millones de dólares (55.000 millones de euros).
El gobierno español sube los impuestos haciendo recaer la mayor parte de la carga impositiva en el total de la población, independiente de la situación económica de los ciudadanos.
Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) aseguran que las grandes empresas pagan de media hasta 5 puntos porcentuales menos por el Impuesto de Sociedades que las pymes por las "excesivas facilidades" para "minimizar e incluso eludir el pago de sus obligaciones fiscales". Sicav, sociedades patrimoniales o fundaciones son algunos de los instrumentos que emplean.
Los grandes patrimonios y las grandes corporaciones tienen una fiscalidad nada acorde con un modelo fiscal de equidad y suficiencia recaudatoria, lo que nos acerca más a países de dudosa calidad democrática y justicia social.
Las personas con grandes patrimonios crean sociedades ex profeso para lograr reducir su carga impositiva, ya sea abusando de ventajas legales en determinados territorios, como las Sociedades de promoción de empresas en las Haciendas Forales, o mediante la creación de SICAVS (sociedades de inversión de capital variable). Para constituir una sicav es necesario tener, al menos, cien partícipes (socios). El propietario de una gran fortuna acude a una gestora (banco de inversión, etc.) que le aporta los datos, firmas, etc. de 99 personas para que llegue al mínimo de titulares exigido. A esos 99 partícipes, que son los comparsas, se les llama los mariachis.
Las sicav sólo pueden invertir en activos financieros (acciones, deuda, etc). Expertos fiscalistas comentan que, en la práctica, un millonario que quiere una mansión, un yate, un avión privado, no lo compra directamente, sino mediante una sociedad, que aparece como propietaria. Luego la sicav adquiere las acciones de esa sociedad, ahorrándose el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales o el IVA. Además, la normativa admite que las sicav tengan "departamentos, que pueden ser hasta cinco en cada una", explica José María Mollinedo. Cinco fortunas diferentes constituyen una sicav, comparten mariachis, etc y sólo está obligada cada una a un mínimo de 480.000 euros de inversión.
Estos instrumentos son los únicos que no pueden ser controlados por la Inspección de Hacienda. Así lo decidió el Ministerio de Economía, siendo titular Pedro Solbes, que otorgó la competencia a la CNMV después de que los inspectores les había levantado centenares de actas de inspección. El cambio tuvo carácter retroactivo, y las actas se anularon.
Las grandes corporaciones, por encima de seis millones de euros de facturación, tributan con tipos hasta cinco puntos porcentuales inferiores a las PYMES o microempresas. El tipo efectivo para muchas de ellas, está por debajo del 16% inferior incluso al tipo medio de muchos asalariados en el IRPF.
Como siempre, la subida de impuestos la acaba pagando el 99% de los ciudadanos que no disponen de recursos ni dinero para contratar a un asesor y estafar al Estado, cuando aproximadamente 1% de los ricos de verdad, no paga siquiera los impuestos que debiera. Una persona que tiene una renta superior a otra debería pagar más impuestos pero esto no es así.