No hay relevo al 'ladrillo': la industria agoniza por falta de crédito y trunca su recuperación
@Carlos Sánchez - 15/02/2010
La industria vuelve a las andadas. La incipiente recuperación observada durante una parte significativa de 2009 se ha truncado. No da más de sí a la luz de los datos de coyuntura más recientes.
Lo dicen dos indicadores claves. Por un lado, el Indicador de Clima Industrial (ICI) ha intensificado sus valores negativos rompiendo una mejora que se venía manifestando desde la primera parte del año 2009. Por otro lado, la utilización de la capacidad productiva -el uso que hacen las fábricas de su potencia instalada- ha vuelto a caer. En el primer trimestre de este año se sitúa en el 69%, casi un punto por debajo de los niveles del trimestre anterior. A mucha distancia, en cualquier caso, de los niveles superiores al 80% que se registraban hace tan sólo un par de años.
¿Qué quiere decir esto? Pues que difícilmente la industria -hoy por hoy- está en condiciones de convertirse en motor, en alternativa al crecimiento económico. No hay relevo al ‘ladrillo’. Nada menos que el 31% de las inversiones empresariales están ociosas, lo que sin duda retrasará las decisiones de inversión y de empleo en las empresas industriales. No parece coherente aumentar plantillas o realizar nuevas inversiones cuando la capacidad instalada de una empresa es más que suficiente para atender la demanda. De ahí la importancia de este indicador. El caso más singular es el que tiene que ver con el consumo, cuyo nivel se sitúa en 66.8 puntos, tres menos que en el último trimestre de 2009.
El propio Ministerio de Industria reconoce la recaída. En el mes de enero, el saldo del indicador de clima industrial (diferencia entre opiniones positivas y negativas) se situó en el -22, 2 puntos, lo que representa un incremento de 0,8 puntos respecto de los niveles de diciembre. De esta manera, sostiene Industria en su último informe de coyuntura, “ha continuado la tendencia alcista trucada en noviembre tras siete meses consecutivos de mejora”. En el primer trimestre del año pasado se llegaron a registrar niveles de -37 puntos (quince más que ahora), y desde ese momento se inició una pronunciada recuperación que es la que ahora se ha quebrado.
Mejora la producción industrial
Esa recuperación se ha traducido en una mejora considerable de la producción industrial, que aunque continúa en valores negativos, en diciembre registró la menor caída desde el comienzo de la recesión: -1,4%, muy por debajo del -21% que llegó a registrar en el primer trimestre de 2009. Pese a la mejora, la producción industrial cayó un 15,9% el año pasado corregida la tasa de variaciones estacionales y de distinto calendario laboral, lo que refleja el alcance de la crisis.
El empeoramiento del clima industrial –no de la producción- tiene que ver, fundamentalmente, con el pobre comportamiento de la cartera de pedidos de las empresas, que registra todavía un increíble -49,4 puntos a estas alturas de la crisis, lo que da idea de la intensa recesión que vive el sector. Dos años largos con valores negativos. El indicador de clima industrial refleja el mayor o menor optimismo de los empresarios respecto a la situación actual de su actividad y sus perspectivas de futuro.
La escasa utilización de la capacidad productiva de las empresas (los 69 puntos porcentuales son el peor registro de las series históricas) explica el mal comportamiento del empleo, que se sigue destruyendo al triple de velocidad que en el resto de sectores. Mientras que el número de afiliados cotizantes a la Seguridad Social está cayendo como media un 3,5%, en el caso de la industria, la contracción es verdaderamente espectacular.
Nada menos que un -8,2% después de casi dos años en recesión. Si se incluyen los trabajadores de la energía, la destrucción de empleo es todavía más intensa. De nada menos que del -11,9%, lo que significa que España ha perdido uno de cada ocho empleos industriales en los últimos doce meses. Pese a ello, los costes laborales en la industria continúan mostrando serias resistencia a la baja. En el tercer trimestre del año pasado crecían a un ritmo del 2,9%, muy por encima de la inflación.
Débil demanda exterior e interior
La dificultades de la industria para salir de la crisis tienen mucho que ver con la débil demanda interior y exterior (salvo en el automóvil y a raíz de las ayudas que aprobaron los gobiernos europeos), pero también con los problemas para encontrar financiación. Los últimos datos del Banco de España indican, en concreto, que el crédito para financiar actividades productivas (en la industria y sin contar la construcción está cayendo a un ritmo del 1,5%, ligeramente por encima que en el resto de las actividades.
O dicho en otros términos. En el tercer trimestre del año pasado –últimos datos publicados por el banco central- el crédito ascendía a 153.070 millones de euros, cerca de 3.200 millones menos que al acabar el ejercicio.
Es decir, que los préstamos para financiar actividades productivas no sólo han dejado de crecer, sino que continúan deslizándose a la baja. Y lo que es más singular, y demuestra el modelo productivo elegido por este país en los últimos años. El crédito inmobiliario duplica al destinado a actividades industriales. 324.439 millones en el primer caso y poco más de 153.000 en el segundo.
Pero a pesar de eso, las restricciones al crédito en las industrias son, incluso, superiores a las que padecen las inmobiliarias, cuyo endeudamiento permanece clavado en el entorno de los 324.000 millones de euros desde el último trimestre de 2008. Las refinanciaciones de crédito para evitar quiebras explica este comportamiento de la actividad crediticia en el ladrillo. En la industria no se refinancian los créditos, simplemente no se conceden.