Pablo Álvarez, el dedo en la llaga
MARTA CHECA
EFE
"La Rioja es la zona más importante de España, con diferencia, la más histórica y la que más tiempo lleva elaborando grandes vinos, por tanto tendría que tener una docena de bodegas entre las grandes bodegas del mundo y sus vinos tendrían que estar cotizados en las subastas", opinó el bodeguero. Para Álvarez, "incluso los vinos del Priorat", que es una región más joven, tendrían que estar presentes en las pujas.
"Entrar en las subasta es entrar un mundo diferente. Hay gente que los compra para beber y otra para especular. Si no se ha vendido el vino español en subastas es porque no hay revalorización", comentó el empresario durante su visita a Hong Kong, ciudad a la que ha sido invitado por el Hotel Mandarin Oriental para participar en una cena en honor de sus vinos.
Pero las subastas no son el único escenario donde se echan de menos los vinos de uno de los mayores productores del mundo. Álvarez constata en cada viaje a la región (todos los años desde hace 20) que los hoteles y restaurantes de Asia suelen carecer de productos con Denominación de Origen española.
Y, sin embargo, "en España nunca hemos estado tan bien. Nunca se han hecho tan buenos vinos y nunca se han exportado tan buenos vinos como ahora", resumió. El problema es que "hay países que nos llevan mucha ventaja y no logramos acortarla".
Para ganar terreno, Álvarez sugirió que la Administración forme cocineros y sumilleres, "porque ésas son las personas que van a vender nuestro producto, y eso no se improvisa, hay que hacerlo con mucho tiempo".
Pero el peso también lo puso del lado de los bodegueros: "Nadie va a hacer por nosotros lo que nosotros no hagamos. Las empresas españolas tienen que moverse, esa es la realidad", subrayó el español, cuyo grupo produce cerca de un millón de botellas anuales en sus cuatro bodegas, y reserva la mitad de su producción a la venta en el exterior, llegando a un centenar de países.
Aunque no hay una fórmula única para vender vinos en el extranjero, el responsable de Vega Sicilia insistió en el componente de la "personalidad".
"La técnica cada día está más al alcance de todo el mundo, todo el mundo va a hacer buen vino. Lo que no es copiable es la personalidad de los vinos, y eso lo da la viña, el sitio donde se cultiva y el fruto que se obtiene", expuso.
En este sentido, el éxito de Vega Sicilia no implicará una ampliación de viñedos. "Es una propiedad de 200 hectáreas, no hay más. Es una finca muy compleja, con diecinueve tipos de suelo, no todos convenientes para viñas, sobre todo si queremos obtener uvas de alta calidad", explicó el empresario, que, tras Hong Kong, viajará al interior de China para completar su agenda de visitas a la región.
Respecto al gigante asiático, y a pesar de las halagüeñas previsiones de importación de caldos en las próximas décadas, Álvarez sentenció que "China no será la panacea". "No es fácil cambiar una cultura. Es evidente que poco a poco el vino se puede ir introduciendo", pero al igual que los chinos no van a hacer que los españoles beban té en las comidas, el vino tampoco se impondrá como complemento de la comida en China", aseguró.
En su visita a la ex colonia británica, el restaurante Pierre del hotel hongkonés preparó un menú para medio centenar de comensales a cargo del renombrado chef Pierre Gagnaire. La propuesta del cocinero se completó con los vinos de Álvarez: Pintia 2006, Alión 2005), Vega Sicilia Valbuena 2004, Único 1999, Único 1976 y Oremus Tokaji Aszú 5 puttonyos.
Fecha de publicación: 25.03.2010 y2a