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y2a-Lo que queda del Banco de España



 CON LUPA - JESÚS CACHO 22/11/2009 
Lo que queda del Banco de España
Los episodios que están ocurriendo en la trastienda de la fusión entre Unicaja y Cajasur, ilustran con precisión el callejón sin salida en el que parece hallarse el Banco de España (BdE) a la hora de hacer frente a la proclamada necesidad de sanear el sector financiero y abordar la reestructuración de las cajas de ahorro.

En Málaga,
Braulio Medel, que por edad, dignidad y gobierno dirige la operación, se ha dado cuenta de que se ha quedado corto a la hora de pedir pasta al Fondo de Garantía de Depósitos de Cajas de Ahorro (FGDCA) para absorber Cajasur, sobre todo después de la prodigalidad mostrada por ese mismo Fondo con Cajastur (caso CCM), y de que la situación de la entidad gobernada por el Cabildo cordobés es tan delicada que esa digestión le va a ocupar, sin darle respiro, los tres años que va a permanecer como presidente de la futura UnicajaSur. De modo que Medel, más que mosqueado, se ha parado en seco dispuesto a llevar a los curas de Córdoba al borde del precipicio, esto es, a la amenaza de intervención del BdE, porque si esa fusión no es aprobada por los Consejos respectivos antes de fin de año, Cajasur tendrá que cerrar las cuentas del 2009 en solitario y enseñar la oreja de unas pérdidas cercanas a los 400 millones de euros, un escándalo del que los supervisores del BdE no quieren ni oír hablar. 

 
Razón por la cual el director general de Supervisión en la plaza de Cibeles,
Jerónimo Martínez Tello, llamó el viernes a capítulo al propio Medel y al presidente de Cajasur, el sacerdote Santiago Gómez Sierra, con la intención de ponerles firmes y obligarles a asumir el compromiso de rematar cuanto antes la boda. Episodios como el descrito serían inimaginables con un Mariano Rubio al frente del antiguo banco emisor. Incluso con un Jaime Caruana, gobernador que fue hasta julio de 2006. Sorprendentemente, el BdE parece haber abdicado de su condición de autoridad de tutela y navega al pairo, limitándose a poner paños calientes y a tratar de convencer con buenas palabras a quienes se resisten a obedecer sus órdenes en tanto en cuanto ello implicaría perder las posiciones de poder alcanzadas. Con Miguel Ángel Fernández Ordoñez al frente, el otrora temible león ha perdido sus garras y hoy es casi un osito de peluche atenazado por los miedos y las presiones políticas. El corolario es que la antaño prestigiosa institución está dilapidando un tiempo precioso para sanear el sistema financiero, mientras se multiplican los malos augurios para el sector a lo largo de 2010. 


Lo llamativo del caso es que el gobernador –tan buen político como mal gestor- conoce perfectamente el problema y su solución. Hace unos días auguraba la
desaparición de un tercio de las 45 cajas de ahorro españolas en entrevista a un diario extranjero. Su negativa a asumir decisiones que al riesgo añaden un fuerte impacto social le ha enajenado el respeto -que antaño era simple temor- del mundo financiero, al tiempo que abona el terreno para la prolongación de la crisis económica, puesto que sin sanear será imposible que fluya el crédito y que se empiece a notar la recuperación. Entre tanto, crecen las críticas a su papel entre directivos de banca y cajas, la mayoría de ellos francamente asombrados, cuando no indignados, con la solución arbitrada el pasado día 3 por el propio BdE y la Comisión Gestora del FGDCA en la adjudicación a Cajasur de CCM. Enfado extensible a los muy honorables representantes de las propias Cajas que se sientan en esa Comisión Gestora.

En efecto, tanto los fondos comprometidos ya por el FDG (450 millones de euros con Unicaja y 1.300 con Cajastur, ambos para suscribir preferentes y cuotas participativas), como los avales y garantías para responder de la cartera crediticia fallida (hasta 500 millones para Unicaja y hasta 2.475 para Cajastur) excederían -caso de utilizarse en su totalidad-,
los recursos de que disponía el FDG al finalizar el ejercicio pasado. Así las cosas, parece obvio que se ha obrado muy generosamente con la entidad asturiana –que, a cambio, garantizará el perfecto sellado de los secretos de CCM-, dilapidándose un fondo que ha costado años constituir y cuya función primigenia es asegurar la devolución de los ahorros de los clientes de cada institución. ¿Con qué recursos se abordará la reestructuración de las ocho Cajas (con elevada morosidad y concentración en el crédito inmobiliario) a las que aludía el último Informe de Estabilidad Financiera del BdE?
Con CCM, el BdE ha perdido siete meses y 1.100 millones

Llama la atención la docilidad mostrada el citado día 3 por los representantes de las Cajas en la Comisión Gestora del FDGCA. Todos tienen su coartada:
Juan Ramón Quintás, vocal de la misma, está de salida y espera dejar la CECA en el primer semestre de 2.010, por lo que difícilmente abrirá un nuevo frente bélico que empañe su retirada. El caso de Isidro Fainé, también vocal, es distinto: preocupado por la negativa de La Caixa a hacerse cargo de CCM como pretendía Fernández Ordóñez, no ha querido agravar su conflicto con el regulador y ha pasado de puntillas mirando para otro lado. Parecida es la situación de Miguel Blesa, más centrado en el día después de su inevitable salida de Caja Madrid que de ocuparse del FDG. El último de ellos, el ya citado Medel, consciente de su condición de juez y parte -tanto por su intervención en el affaire CCM, como por haber obtenido ya ayudas del FDG para la fusión con Cajasur-, prefirió hacer mutis por el foro y no acudir a la reunión. Entre todos la mataron y ella sola se murió. 


Con semejante equipo, cabe entender la predisposición de los representantes de los
cajeros a ceder sin resistencia. La propuesta de Javier Aríztegui, subgobernador el BdE y presidente de dicha Comisión (cuatro hombres de la CECA y cuatro del BdE), ganó por goleada. No es para menos: si el pasado marzo Unicaja solicitaba hasta un máximo de 3.000 millones, entre suscripción de preferentes y avales (600 en preferentes y 2.400 en avales), para hacerse cargo de CCM, ayudas que le fueron denegadas, ahora y por los mismos conceptos le han entregado a Cajastur hasta 3.800 millones (1.300 en preferentes y cuotas participativas y 2.475 en avales). Si, además, tomamos en cuenta que Cajastur no se hace cargo de la Corporación Empresarial CCM, cosa que sí hacía Unicaja, de las ayudas que ésta hubiera recibido habría que descontar un mínimo de 300 millones. De modo que en este viaje el BdE ha perdido siete meses y 1.100 millones de euros, casi 185.000 millones de las antiguas pesetas. No está mal. Por si fuera poco, al permitir que la asturiana adquiera activos y pasivos de CCM a través de un banco filial (Banco Liberta), se ha dado un argumento quizá definitivo a los partidarios de la privatización de las cajas. 



Buen ejemplo de cómo se están haciendo las cosas desde Cibeles. La entidad supervisora, antaño respetada entre las entidades financieras españolas, es ahora objeto de fuertes críticas a cuenta de su conducta arbitraria e inconsistente. En este clima, no es extraño que las entidades se resistan a fusionarse y que la mayoría de las operaciones anunciadas sean meramente virtuales.
Fusiones a cámara lenta. El dispendio efectuado con Cajastur y la avalancha de "rescates" a la que tendrá que hacer frente el FGDCA ha obligados al sector a rascarse el bolsillo: en una tensa reunión –Aríztegui volvió a encararse con Fainé, a cuenta de la negativa de La Caixa a comerse el marrón de CCM- del consejo del fondo celebrada el lunes, las entidades hicieron de tripas corazón y acordaron elevar su aportación al mismo hasta el 1 por mil de los depósitos a partir de enero. Algo más de 500 millones de euros en 2010, frente a los 187 de 2009.
El FROB, el gran fiasco político de la legislatura

Y bien, pero, ¿no habíamos creado, con despliegue de pífanos y tambores, una cosa llamada FROB, precisamente para rescatar entidades con problemas y animar las fusiones? El Fondo de marras apunta maneras para convertirse en uno de los fiascos políticos del Gobierno
Zapatero más sonoros de la legislatura, y ello porque la comisaria europea de Competencia, Neelie  Kroes, lo tiene en su punto de mira como elemento de distorsión de la libre competencia. En efecto, Kroes quiere saber qué se va a hacer con ese marco legal caso por caso, porque teme que el BdE pretenda utilizarlo para salvar entidades con déficit de recursos propios, es decir, para sostener en el mercado a bancos y cajas en quiebra. Razón por la cual el señor Ordóñez no se ha atrevido a utilizarlo en el caso de CCM y Cajastur, y sigue sin aplicarlo, temeroso de la reacción de Bruselas. Peor aún sería si la CE, que en algún momento cerrará la espita de unas ayudas consideradas siempre temporales y extraordinarias, decidiera prohibir su uso, con lo que el famoso FROB podría fenecer sin haber llagado a entrar en funcionamiento. ¿Cómo explicar, ante este panorama, la inacción del regulador?

Por desgracia, "en España, las decisiones difíciles se siguen posponiendo". Procrastinar llamaba don Américo Castro a ese pecado tan español.

La conclusión que cabe extraer de todo ello es que Fernández Ordóñez y el BdE no están siendo capaces de aprovechar la oportunidad brindada por la política de dinero abundante y barato del BCE, para impulsar la necesaria reestructuración del sector de Cajas y su adaptación a la nueva situación de mercado. Todo parece estar haciéndose mal. O no haciéndose. "España llega tarde a este proceso, porque aquí no han empezado las inyecciones de capital, mientras que en otros países las entidades ya las están devolviendo·,
aseguraba días atrás Emilio Ontiveros, presidente de AFI. El catedrático de la London School of Economics, Luis Garicano, estudioso del sector, sostiene, por su parte, que "el BdE tiene instrumentos suficientes para tomar las decisiones necesarias", pero no las toma, siendo evidente que "muchas cajas van a entrar en pérdidas el año que viene". Por desgracia, "en España, las decisiones difíciles se siguen posponiendo". Procrastinar llamaba don Américo Castro a ese pecado tan español. Como siempre a lo largo de nuestra Historia. 
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