NERVIOSOS POR EL “EFECTO RATO”
de Jose María García-Hoz de Jose María García-Hoz
El casi imparable e inminente nombramiento de Roldrigo Rato como Presidente de Caja de Ahorros de Madrid ha puesto de los nervios a las otras tres grandes entidades financieras española, Santander, BBVA y La Caixa: la ascendencia del recien llegado en el Banco de España y en el Partido Popular pueden hacer que la entidad madrileña sea la gran beneficiaria del necesario proceso de reestructuración de las cajas de ahorro.
El sector “cajario” adolece de sobreoferta pues tiene 24.637 sucursales con un activo total de 1,3 billones de euros. El sector bancario le supera en activo (1,4 billones) a pesar de que cuenta con casi diez mil sucursales menos (15.638).
La diferencia se debe a que desde 1976 los bancos no han dejado de ajustarse; un ejemplo: de los históricos “siete grandes” ya solo quedan tres Santander, BBVA y Popular. En estos momentos de parón de la actividad económica, las cajas deben afrontar su propia reestructuración, mucho más complicada que la bancaria pues además de la dificultad técnica para llevarla a cabo, en el proceso inciden factores de política nacional y autonómica.
La llegada de Rato, a falta solo de negociar flecos con el PSOE de Madrid, le proporciona al Banco de España una baza hasta ahora imposible por los enfrentamientos registrados en el seno del Partido Popular para nombrar el sucesor de Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid dersde hace diecisiete años.
Con un balance de 191.736 millones de euros Caja Madrid presenta un tamaño suficiente para absorber los negocios y los problemas de casi cualquier caja española, salvo La Caixa. Rodrigo Rato está muy bien considerado en el Banco de España, tanto por su experiencia profesional en el gobierno de la economía española, como por sus excelentes relaciones con Miguel Angel Fernandez Ordóñez, gobernador del Banco de España. En el Partido Popular tampoco molesta encontrar una misión a Rato, para que se olvide de cualquier veleidad más directamen6te política
Aunque el de la restructuración cajaria es un partido todavía muy abierto, en este momento hay cuatro cajas de tamaño medio que buscan la manera de integrarse: Caja Galicia y Caixanova, una de Coruña y otra de Vigo; Bancaja, de Valencia, y CAM, de Alicante. Desde luego que los respectivos presidentes autonómicos prefieren fusiones intracomunitarias, pero ese supuesto no lo admite el Banco de España, que además de dar el visto bueno como supervisor, debe desembolsar el dinero que precise cada fusión.
Ante ese panorama “the second best” puede ser la alianza/fusión/etc. con Caja Madrid. Al fin y al cabo las tres comunidades implicadas son políticamente populares y Rato puede mirar a los ojos a Francisco Camps y a Alberto Nuñez Feijoo.
¿Por qué Caja M adrid y no La Caixa? Pues porque con mas del 25 por ciento (5.355) de las sucursales del sector y con el 20 por ciento del activo (268.496 millones de euros) la entidad catalana es demasiado grande para absorber a ninguna otra, tanto por la inevitable duplicidad de redes como por el posible veto de las autoridades de competencia, nacionales y europeas.
La fusión de Caja de Madrid (2.119 sucursales) con cualquiera de las otras cuatro no alcanzaría la red que hoy tiene La Caixa. De entre ellas, la más grande es Bancaja con 1.141 sucursales y la más pequeña Caixanova, con 579.
Por el lado de los activos, los de Caja Madrid alcanzarían a los de La Caixa si se fusionara con Bancaja (110.404 millones de euros) o la CAM (75.290 millones), pero ni siquiera una fusión de las dos gallegas con la madrileña resultaría en un balance mayor que el de la catalana.
En cualquier estas posibilidades se estudian con recelo pues ni al Santander, ni al BBVA ni a La Caixa les deja tranquilos la posibilidad de que el cuarto competidor registre de golpe un subidón en su balance y en su presencia comercial, financiado además con los fondos del Banco de España. Ellos tres serán sin duda los primeros enemigos profesionales de Rodrigo Rato.