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¿Por qué la especulación está disparando el precio del petróleo?

¿Por qué la especulación está disparando el precio del petróleo?

  • El papel de los futuros es una de las causas
Actualizado jueves 29/05/2008 05:52
Refinería de petróleo. (Foto: REUTERS)

Refinería de petróleo. (Foto: REUTERS)

BALTASAR MONTAÑO

MADRID.- No se ha conocido en la historia económica de las últimas décadas subidas tan espectaculares como las que vive el petróleo en estas semanas. El precio del barril se ha duplicado en un año, al pasar de los 68 dólares de media en mayo de 2007 a los 135 dólares que fijó el pasado jueves.

El barril Brent del Mar del Norte, de referencia en Europa, llegó a dispararse en una sola jornada (miércoles 21 de mayo) en más de cinco dólares en el mercado de futuros de Londres, marcando un nuevo récord por encima de los 133 dólares, que al día siguiente fue pulverizado hasta los 135. Sólo en mayo, el Brent se revalorizó un 16%, frente al 14% que ya subió en abril.

Pero ¿hay algún hecho diferencial que explique las desorbitadas subidas de esta nueva crisis del petróleo, frente a otras anteriores?

La especulación

Muchos expertos coinciden en señalar que la especulación ha acompañado al crudo desde tiempos inmemoriales. Antes de forma rudimentaria, ahora de forma sofisticada. Los flujos de información en tiempo real, el 'boom' de las materias primas como destino refugio de los inversores para tiempos de crisis y la depreciación del dólar han convertido al barril de petróleo en la diana a la que apuntan día tras días los tiburones financieros.

El papel de los futuros

El futuro es un producto financiero por el que el comprador apuesta a acertar el valor futuro de lo que compra. Existen desde hace años y no sólo se utilizan en el sector petrolero. Otras materias primas como el oro, el platino o los cereales han visto como en los últimos años estos productos derivados contribuyen a formar el precio final del producto. El crudo está sometido a la presión de estos futuros, que en muchos casos requieren sólo un pequeño desembolso para garantizar la compra. Los inversores más especuladores saben que con pequeñas inversiones se tiene el derecho de compra de un determinado número de barriles. En estos momentos, juegan a que el precio suba y necesitan que así sea para aumentar la rentabilidad de su inversión, que deshacen en función de los vencimientos del producto, ya que nunca su finalidad es adquirir el barril.

Efecto 'contango'

Término que define la situación actual. El precio del futuro es superior al precio al contado del barril. La rentabilidad del futuro está asegurada y el inversor no tiene que mancharse de crudo. Dependiendo del momento en que se produzca, la especulación de los productos financieros sobre el petróleo pueden comerse entre el 30% y el 50% del coste del barril. Hay casos paradójicos: un barril cuesta extraerlo en Arabia Saudí unos seis euros, pero al salir al mercado internacional la especulación financiera puede inyectarle un sobrecoste de entre 30 y 40 dólares, según estimaciones medias.

¿Quiénes especulan?

Cualquiera. Desde pequeños inversores a brokers especializados, pasando por gestores de fondos, agencias de trading y, como no, los propios países productores, que culpan a la especulación de las fuertes subidas, pero también invierten parte de sus excedentes en el mercado de futuros.

Futuros por necesidad

Las grandes corporaciones chinas y de otras economías emergentes están comprando futuros con vencimientos a dos, cuatro, seis y ochos años, no para especular sino para garantizarse que tendrán petróleo disponible cuando lo necesiten. Estos futuros sí acabarán en la compra del barril.

Otras causas

La capacidad excedentaria del mercado mundial está bajo mínimos y la OPEP no está dispuesta a inyectar más producción, mientras la fuerte demanda de China e India estrangula el mercado; la alta dieselización, especialmente en Europa, hace que se demande más gasoil, que éste suba y recíprocamente presione el precio del crudo al alza; la tradicional tensión geopolítica (Irán, Nigeria...); las refinerías obsoletas, que no pueden refinar destilados medios y crudos de peor calidad; y el petróleo cada vez más profundo y con mayor coste de extracción.