La leyenda urbana sobre la ola de suicidios parece haber surgido casi instantáneamente. Al día siguiente del Jueves Negro, el New York Times informaba de que se estaban propagando muchos rumores “brutales y falsos” por todo el país, entre otros, que 11 especuladores se habían suicidado, y que se había formado un corro alrededor de un edificio de Wall Street porque la gente confundió a un operario con un especulador preparándose para saltar. Ese mismo día, Will Rogers bromeó diciendo que ”había que hacer cola para conseguir una ventana por la que tirarse”; y Eddie Cantor difundió enseguida el chiste de que los recepcionistas de hotel preguntaban a los clientes si querían la habitación ”para dormir o para tirarse”. Para mediados de noviembre, el jefe de los médicos forenses de Nueva York intentó acabar con el rumor anunciando públicamente que, entre el 15 de octubre y el 13 de noviembre, había habido menos suicidios que en el mismo periodo del año anterior. (Hasta Winston Churchill –que era también un importante inversor en bolsa— puede haber contribuido a la difusión del rumor: estaba en Nueva York durante el crack y, en un artículo del Daily Telegraph de diciembre de 1929, afirmaba recordar cómo “un caballero había caído quince pisos quedando hecho trizas” tras arrojarse desde la ventana del hotel que estaba justo debajo de la suya.)
Érase una vez, un país en el que vivían una Cigarra y una Hormiga. La hormiga era hacendosa y trabajadora, y la cigarra no, le gustaba cantar y dormir, mientras la hormiga hacía sus labores. Pasó el tiempo, y la hormiga trabajó y trabajó todo el verano, ahorró cuanto pudo, y en invierno, la cigarra se moría de frío, mientras la hormiga, tenia de todo… ¡Que hija de puta la hormiga! La Cigarra llamó a la puerta de la Hormiga, que le dijo: Cigarrita, cigarrita, si hubieras trabajado como yo, ahora no pasarías hambre ni frío… ¡¡y no le abrió la puerta!! ¿Quien ha escrito esto? Porque esto no es así; la hormiga ésta es una hija de la gran puta y una especuladora. Y además, aquí no dice porque unos nacen cigarras y otros hormigas, y tampoco, que si naces cigarra estás jodido, y aquí, no lo cuenta. Los Lunes al Sol (2002)
Desde los años 80 ya era un empresario muy exitoso y uno de los más importantes de México. 1982 fue un año crítico en la historia del país. Con la crisis de deuda, la nacionalización de la banca y las finanzas del país prácticamente paralizadas
Esto es España Amancio Ortega un héroe por hacer millones explotando y Sánchez Gordillo un ladrón por dar de comer al pueblo
Ya, la mala fama de los EREs, pero los hay inexplicables. Por ejemplo, en el Grupo Prisa se han destruido más de dos mil puestos de trabajo —aparte de recortes salariales— y su director, Juan Luis Cebrián, cobró en 2011 más de 11 millones de euros. Eso, ¿cómo hacemos para entenderlo? Bueno, mi sueldo está un poquito por debajo del de Juan Luis Cebrián. No mucho, ¿eh? (risas) En ese caso es evidente. Hay una norma no escrita, ética, que diría, supongo, que cuando haces un ERE tú no puedes tener ese sueldo. Eso es lo que perjudica la imagen de los EREs. Que una empresa esté con problemas es una tragedia para todos, para la empresa y para los trabajadores. Entonces, todo lo que perjudique y haga inexplicable esa situación, habría que eliminarlo. Estoy en esa onda. Pero me jode que siempre veamos a los empresarios como chungos y siempre a los trabajadores como héroes. Hay como un radicalismo de serie en los españoles que no nos hace ningún favor. Aquí lo que necesitaríamos es que crear una empresa fuera muy barato, como en Inglaterra, y que cualquier chaval que está empezando quiera montar una empresa. No porque quiera ser un empresario con puro y chistera, sino porque quiere ser dueño de su futuro y generar trabajo a sus compañeros. Parece que no hay manera, aquí. En el mundo anglosajón está como mucho más despenalizado, pero aquí no. Aquí la gente dice “éste tiene una empresa, éste de entrada es un hijo de puta”. Vamos a revisar eso, por favor.
El paro no es un mal a solucionar. Como tal no tiene solución, ya que es simplemente una consecuencia.Una consecuencia de que no se crea empleo.Este matiz, aparentemente tan obvio, deja entrever un problema de mucho más calado. La clase dirigente de este país, repetimos (políticos, funcionarios de alto rango y lideres de la patronal y sindicatos) no tienen, en su mayoría, ni “pajolera” idea de como se monta un negocio y del sufrimiento que eso conlleva. No hablamos de grandes empresas, con respaldo político, si no de todos esos pequeños autónomos que son realmente los que dan trabajo en este país.
Nosotros lo que queremos en los primeros 100 días es sacar una Ley de Emprendedores para mimar a la pequeña y mediana empresa, con un solo objetivo, que creen empleo, y para ello vamos a quitar presión fiscal Juan Manuel Moreno, coordinador de Política Autonómica y Local del Partido Popular, el 1 de Diciembre de 2012