Si el sector público español fuera una empresa, España S.A., sus cuentas le obligarían a presentar un ERE: tanto gasto de personal y tanto consumo corriente, pueden acabar obligando a reducir las prestaciones sociales.
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Una forma original de presentar las cuentas del sector público español: traducirlas al formato de la cuenta de resultados de una empresa. Es algo más que un chiste entretenido, pues facilita una perspectiva de análisis muy distinta de la habitual. Ha elaborado los datos UBS en su informe de otoño sobre la economía española. Los comentarios son míos.
¿Qué diría un analista o un consultor de empresas si viera estas cuentas? Considerando las prestaciones sociales
gastos cuasi fijos, el punto débil de la cuenta de resultados de España S.A. está en el elevado gasto de personal y en el de consumos corrientes –viajes, ordenadores, bolígrafos, papel…– de las administraciones públicas, que entre ambos suponen el 50 por ciento de los ingresos ordinarios.
Con cierta perspectiva cronológica –el informe comprende el periodo 2000-2013– se aprecia el anquilosamiento del
monstruo y así cuando los ingresos ( impuestos y cotizaciones sociales) empezaron a bajar, los gastos continuaron subiendo.
En 2009 fué por primera vez negativo el resultado de explotación ( por mal nombre EBITDA) y este capítulo de la cuenta de resultados España S.A. seguirá en números rojos por lo menos hasta este año 2011. Como este desfase de explotación se ha cubierto con créditos, los gastos financieros se han disparado, con lo cual el
beneficio ordinario de España S.A.será también negativo hasta 2013.
Un caso de libro
Para un consultor sería un caso de libro. Si España S.A. fuera, efectivamente, una empresa normal debería recuperar el equilibrio aumentando los ingresos o disminuyendo los gastos de funcionamiento. Aumentar los ingresos parece misión cuasi imposible dado que el mercado presenta síntomas de atonía: la clientela no se mueve (económicamente hablando) y si no se mueve, no se ingresan más impuestos. Disminuir costes tampoco es fácil, pero resulta la única salida para que los bancos se fíen y continuen financiando las pérdidas. En términos empresariales la dirección de España S.A. debería, como tantas otras empresas españolas, presentar un ERE y renegociar el convenio colectivo vigente, porque no lo podrá cumplir.
Pensar lo impensable
Dentro de su dificultad, rebajar costes de personal es lo primero, pero no será suficiente. Habrá que
pensar lo impensable y proceder a la revisión de procesos productivos,y no rechazar necesidad de proveedores externos que con menores costes presten los mismos, o mejores, servicios. En inglés se llama
outsourcing a la contratación por parte de la grandes empresas de servicios exteriores, como limpieza, seguridad, distribución, etc. No tiene ningún sentido que, por ejemplo, Iberdrola tenga en su nómina a los guardia jurados que vigilan instalaciones eléctricas y oficinas.
Una cosa es que el Estado garantice a sus clientes-ciudadanos, los mejores servicios. Y otra que estos servicios –educación y sanidad, sin ir más lejos– tengan que se prestados por funcionarios públicos. en, sin ir más lejos, sanidad y educación, pero no hay razón alguna para que dichos servicios sean facilitados directamente por el Estado… Porque si se hace así, la empresa-Estado tendrá que presentar concurso de acreedores, primero, y quiebra después.