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No voy a hablar de mi libro



Estuve el sábado pasado firmando ejemplares de mi nuevo libro en la Feria del Libro de Madrid. Sucedieron en esa mañana dos cosas que me obligan a no hablar de mi libro.
Cuando eran las doce del mediodía y llevaba ya hora y media sentado esperando que se acercara esa cosa tan bonita que se llama “lector”, vino un tipo que me dijo: “Carlos, ¿puedes prestarme atención durante unos segundos?” . Yo no lo conocía. No me sonaba de nada su cara. Tenía una bolsa en la mano, y me daba la impresión de que deseaba hablarme de eso. “Me gustaría mostrarte algo”, añadió levantando un poco la bolsa.
Pensé que era una bomba porque uno ha visto muchas películas.”Bueno, si es una bomba, es inevitable a estas alturas”. Pero ese joven no tenía pinta de ir detonandobombas por ahí, menos aún en las ferias de libros.
“Adelante, enséñamelo“, dije.
El tipo sacó unos cartones de color rojo y me dijo que eran bookbrellas. Era un invento suyo. Unos cartones que se doblan y se colocan en los libros formando un parasol para leerlos en la playa o bajo un sol cegador. Por eso se llaman bookbrellas, mezcla de dos palabras inglesas, book (libro) y umbrella (paraguas). También servían demarcadores.
El tipo se llama Francisco Chaparro. Tiene una web llamada bookbrella.com, y supongo que es inventor. No sé si es útil o no, pero me llamó la atención el hecho de que un chaval joven estuviera dando vueltas por la feria presentando su invento. Los regalaba. Es lo mismo que hacen en los supermercados las empresas de alimentación, cuando te regalan trocitos de queso para que lo pruebes, o yogures o refrescos.
Me encantó  Francisco Chaparro. Supongo que me tuteó porque mi nombre estaba colgado con la foto encima del tenderete de la editorial que me publicaba el libro.
Pero no estoy aquí para hablar de mi libro.
El otro acontecimiento fue la visita de una chica. No me pude fijar en ella porque yo estaba firmando un ejemplar y como no soy muy conocido, mis dedicatorias son muy largas. Los autores conocidos que publican best sellers no hacen dedicatorias largas.  No tienen tiempo.
Esa chica preguntó si podía dejar su currículum. En la editorial le dijeron que sí, por supuesto. Se fue y levanté la vista. Luego me fijé en el CV porque era el más raro que he visto en mi vida. La chica hablaba de lo que no sabía hacer: “No sé hacer el pino puente, no sé hacer esto, no sé hacer lo otro”. No sabía hacer muchas cosas. ¿Y entonces para qué entregaba su CV? Porque sólo sabía hacer una cosa: corregir textos. Era  correctora de textos, un puesto de trabajo que demandan las editoriales pues siempre necesitan alguien que corrija los errores gramaticales o tipográficos de los escritores. Era una forma original de presentar un CV.
Esas dos actitudes de dos chicos jóvenes me gustaron porque salieron a buscar la montaña. No esperaron a que la montaña se acercaran a ellos. Tenían iniciativa. Eran emprendedores.
Eso es lo que necesitamos hoy más que nunca.
Por eso, no vale la pena hablar en este momento de mi libro “Las Once Verdades de la Comunicación” (Editorial Lid). Es mejor hablar de estos dos jóvenes.
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La crisis explicada para gente de a pie



Si te superan las explicaciones y cuestiones macroeconómicas de esta crisis galopante que nos azota, aquí tienes una explicación fácil y sencilla de un asesor financiero para la gente de a pie, que bastante tenemos con la microeconomía del hogar, entienda sus causas.
Ejemplo:
Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran. Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos.
Y a continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.
Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los burros a 400 euros cada uno. Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.
Consecuencias:
La aldea quedó llena de burros y endeudados.
Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo.
Quienes habían prestado dinero se quejaron al Ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero éstos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.
El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado.
Entonces pide dinero a otros Ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.
El resultado:
Los listos del principio, forrados.
Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda.
Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
El Ayuntamiento igualmente arruinado.
Solución:
Para solucionar el problema económico y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento decidió bajar el sueldo a sus funcionarios.
¿Os suena de algo?


Foto: Corresponsales del Pueblo
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Tras la pista de la pasta: ¿Quien se quedará con la ayuda a las cajas?


de Jose María García-Hoz 
Las Cajas de Ahorro son un buen ejemplo de la tecnoestructura perfecta: el poder político (de los dos partidos, of course) y el poder de gestión económica se confabulan en el Consejo de las Cajas y exhiben como obscena coartada la obra social. Los políticos defendían a los gestores frente al Banco de España y a la competencia y los gestores financiaban aquellas operaciones que nadie en su sano juicio financiaría (¡Ay, los parques temáticos!). La mezcla ha resultado inviable porque unas organizaciones así dirigidas tenían que encallar en los arrecifes a la primera que el viento soplara mal.
Han perdido hasta la camisa, pero como no hay accionistas nadie reclama ni abuchea, solo la obra social pierde dinero. Y como no hay acciones  nadie quiere poner dinero para recapitalizarlas. Precisamente ahora, cuando las entidades financieras de todo el mundo van a necesitar más dinero/capital que nunca. ¡Qué locura tan española!.
Las cajas de ahorros  van a ser ayudadas con dinero público para resolver sus problemas ¿quien se quedará con ese dinero público o, sea, dinerodel público ?.
En otro términos: la Caja A decide fusionarse con la Caja B y para que la operación tenga éxito y no se presenten más problemas piden 2.000 kilos de euros al Banco de España, vía Frob. Suponiendo que la fusión alcance su objetivo, el resultado será una caja fusionada que vale lo que valían las dos antes de la fusión, mas dos mil millones que ha puesto papá Estado en nombre de todos.
¿Para qué hemos puesto ese dinero? Para evitar males mayores, es decir para evitar la quiebra de las cajas y con ella la de todo el sistema financiero nacional, pero no  para que se  queden con todos los millones unos gestores que gestionaron mal las cajas (algunos además, dolosamente) o unos políticos que, en su momento, permitieron los disparates de los gestores. La condición previa de cualquier fusión así ayudada debería ser el cese de los consejeros y de los gestores. Y la segunda condición es que la entidad que ha recibido la ayuda devuelva el dinero en un plazo y condiciones establecidos.
En resumen si el famoso Frob, que afortunadamente hasta ahora no ha soltado ni un clavel, aplica sus dotaciones a salvar las Cajas de Ahorro, estas no pueden limitarse a recibir la ayuda y seguir como si aquí no hubiera pasado nada, porque sí ha pasado. Y no sostengo este criterio es por una razón justiciera, sino por simple racionalidad económica… Y profilaxis pública.
De las “fusiones frías” más vale no hablar: a estas alturas de la película no se pueden presentar como fusiones lo que no son mas que simples operaciones de maquillaje financiero que sirven para mantener en el sillón a quien ha demostrado su incapacidad. Cuando en el mundo real se fusionan dos empresas la pregunta de los accionistas es única y sencilla: ¿cuantos ahorros o mejoras de eficiencia va a producir la operación?. En el caso de las fusiones frías la respuesta es igualmente sencilla: ninguno.
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Tres años sin vender el piso: qué aspectos potenciar



Dar a conocer las cualidades de la casa y diferenciarse del resto es útil, pero para sellar la compraventa hay que ajustar el precio del inmueble
La crisis es evidente en las fachadas de los edificios, donde cada vez hay más carteles de pisos en venta. Portales, ventanas y balcones funcionan como enormes tablones de anuncios para empresas y particulares que intentan atraer la atención del comprador. Es un método tradicional y sencillo, un primer paso que, hasta hace un tiempo, funcionaba bien. Pero la coyuntura general ha cambiado. Hoy los vendedores deben dar a conocer las cualidades de la vivienda y diferenciarse del resto. Además, deben ajustar el precio, ya que éste es el factor decisivo para sellar una compraventa.
  • Por LAURA CAORSI
  • 24 de mayo de 2010


Atinar con el precio


- Imagen: TM Grupo Inmobiliario -
La recesión económica, unida a la devaluación de la vivienda, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el aumento de los inmuebles que se venden, ha trastocado la dinámica en la compraventa de pisos. Ya no son los propietarios, sino los posibles compradores, quienes controlan la situación: deciden cuándo, cómo y dónde van a adquirirlo, ya que tienen un abanico de ofertas más amplio, tanto de inmuebles como de precios. Buena parte de los titulares necesitan vender sus viviendas con urgencia y hay posibilidad de regateo.
El sistema del cartel en el balcón resulta obsoleto. Por un lado, aporta escasa información sobre el inmueble. Por otro, se pierde entre otros posibles carteles colocados cerca. De ahí que muchos anuncios estén colgados desde hace años. Ante este panorama, un poco de marketing casero puede ser de gran utilidad. Bastan dos estrategias básicas: dar a conocer las cualidades del producto y diferenciarse del resto. Las cualidades del piso y el modo de contarlas pueden inclinar la balanza e incidir en la decisión final del comprador. No obstante, hay un aspecto previo que no se puede desconocer: el precio. Hoy es el factor más importante de un inmueble y que logra llevar a buen fin la compraventa.
La creciente oferta inmobiliaria y un perfil de comprador más exigente obligan a bajar los precios e idear nuevas estrategias de venta
Antes, la financiación no era un problema y era posible pagar un sobreprecio para conseguir un piso con determinadas características. Hoy es difícil lograr dinero y el crédito está supeditado a un porcentaje de la tasación (el 80%), con lo cual el factor precio resulta determinante. Los dueños deben comprender que su piso ya no vale lo mismo que hace tres años, ni dos, ni uno: vale menos. Y, en esa línea, o se ajusta el precio o será difícil venderlo, por mucho que se intenten potenciar las cualidades del inmueble.

Aprender a vender

Si el piso tiene buen precio y los compradores pueden pagarlo, pero no se vende, algo falla. La razón estriba en que a pisos iguales y precios iguales, el comprador elegirá el inmueble que esté mejor conservado y más equipado. Aquí es donde el dueño puede trabajar para mejorar la calidad de su oferta.

  • Canales de venta. Como primera cuestión, conviene ampliar los canales de venta, identificar cuáles son y aprender a utilizarlos. Además del cartel en la ventana o en el vecindario, destacan los periódicos y las inmobiliarias. Pero no son las únicas vías. Internet es una herramienta muy poderosa, con varias ventajas. Entre ellas, la gratuidad. Es posible informar de manera exhaustiva del piso y recibir visitas de un público más amplio, incluso de otras ciudades.
    También hay que saber descartar los canales inútiles o poco adecuados. Entre otros, los folios pegados en las cabinas telefónicas o en las paradas de autobuses.

  • Datos, detalles y organización. Los datos que se brindan sobre el inmueble son fundamentales. Hay que saber seleccionarlos y jerarquizarlos para aportar una información completa, clara y ordenada sin caer en los excesos, que abruman al comprador. Conviene comenzar por lo básico y ponerse en el lugar del otro.

    1. Datos básicos. Esta información jamás debe faltar: ubicación del piso, metros, antigüedad, número de habitaciones y baños, si es exterior o interior, la altura, si hay ascensor y sistema de calefacción. Por supuesto, también debe indicarse el precio y, si se ha rebajado, destacarlo.

    2. Detalles. Tras delinear la ficha básica del inmueble, lo siguiente es completarla con especial hincapié en los aspectos más positivos. No hace falta describir hasta el último rincón de la vivienda, sino puntualizar los aspectos que la favorecen -como la orientación o el tipo de cerramientos- o que pueden compensar sus deficiencias. Si el piso es interior pero luminoso, es imprescindible destacarlo. Si es antiguo pero se ha acometido alguna reforma, también.

  • Los valores añadidos. Son las características que aportan confort, practicidad, comodidad o que, incluso, lo hacen más asequible. Para detectarlas y poder enumerarlas, hay que partir de un enunciado muy simple: si hay otros pisos con los mismos metros y el mismo número de habitaciones, ¿qué convierte a éste en la mejor opción? ¿Qué lo diferencia del resto? Las reformas estructurales, la calidad de las instalaciones sanitarias y eléctricas, la luminosidad, la tranquilidad, la seguridad o la presencia de un portero físico pueden ser algunas. También se pueden reseñar los trasteros, las plazas de garaje, la supresión de barreras arquitectónicas o las terrazas espaciosas. En cuanto al barrio, siempre es bueno destacar la presencia de locales comerciales, escuelas y ambulatorios cercanos, así como parques, lugares de esparcimiento y ocio, además de medios de transporte disponibles. Quizá el piso no sea céntrico, pero puede estar bien comunicado.


    Cuestión de imagen

    Otro punto imprescindible tiene que ver con la imagen. Como bien reza el refrán, vale más que mil palabras y, en este caso concreto, puede valer la venta del piso.
    • Fotografías. Incluir fotos en el anuncio es vital para aumentar las probabilidades de éxito. Al adquirir una vivienda, muchos compradores hacen una selección inicial sobre el papel o la pantalla, sin ir a visitar el piso. Adjuntar imágenes de todas las habitaciones y los espacios del inmueble es fundamental. De ese modo, las personas interesadas podrán hacerse una idea de la distribución y el aspecto de la casa, así como evaluar sus posibilidades con tranquilidad, sin las prisas de quien la vende y guía en la visita.
      Pero mostrar imágenes no es lo único importante: también lo es su calidad y los ambientes que enseñan. Hacer buenas tomas, elegir bien el encuadre y esperar el momento del día en el que la luz natural sea más favorecedora son algunos trucos básicos que mejoran el resultado final. Como norma general, hay que evitar hacer las fotografías de noche o con las persianas bajadas y, si se utiliza el flash, procurar que el destello no se refleje en los cristales de las ventanas.
    • Aspecto. La imagen de una vivienda es mucho más que una foto. Es su aspecto general, su cuidado, su decoración y la impresión que causa al verla. Por muy bueno que sea el fotógrafo, si estos factores no están bien resueltos, la venta será más difícil. Reparar los desperfectos, pintar la casa, barnizar las puertas o hacer una limpieza a fondo es fundamental. También conviene deshacerse de los muebles que sobran y quitan espacio o sensación de amplitud, ordenar los objetos y optar por colores claros, tanto en la decoración como en la pintura. En este sentido, menos es más.
      La ambientación del inmueble para la venta es tan importante, que algunas empresas y profesionales se dedican de modo específico a ello. Si se dispone de cierto capital para invertir en esta cuestión (el precio oscila entre 1.000 y 3.000 euros) o no se quiere perder tiempo, los especialistas en decoración resuelven el problema en pocos días: desde la pintura del piso hasta la limpieza y la distribución de los muebles. La idea es trabajar con los elementos que hay y potenciar al máximo las cualidades de la vivienda para que sorprenda de manera positiva a los posibles compradores. En ocasiones, basta con quitar muebles o cambiarlos de sitio. Otras, es necesario agregar algún detalle. En cualquier caso, el objetivo es ofrecer algo más que cuatro paredes y un techo, dar calidez.
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Ahora sí bajará el precio de los pisos


La nueva regulación bancaria anunciada por el Banco de España puede jugar el papel del bicarbonato para acelerar la digestión  de la burbuja inmobiliaria que tiene inmovilizada como una boa a la economía española.
Hasta ahora (bueno, hasta la entrada en vigor de la disposición anunciada) los inmobiliarios eran unos activos que ni comían pan ni se estropeaban. En crisis anteriores y al grito de “los errores en inversión inmobiliaria se corrigen con el tiempo”, cajas y bancos dejaban en cartera tales activos hasta que los precios se recuperaran.
Desde que en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria,  cajas y bancos han practicado la misma política, negándose a reconocer las pérdidas en sus créditos y sus activos relacionados con el inmobliario. Su posición tenía un motivo claro: evitar que sus cuentas de resultados se tiñeran de rojo; pero el precio de ese inmovilismo ha sido que se quedaron sin dinero para financiar a otros clientes que no tuvieran relación con el inmobiliario. Y el resultado final está a la vista: una economía que no se mueve, en la que lo único que crece son el paro y las deudas.
Ahora el Banco de España dice que esa cartera de inmuebles y créditos debe ser provisionada, de forma que las pérdidas aflorarán mientras no se deshagan de esos pisos y/o de los créditos que los soportan. En concreto, un activo inmobiliario lleve más de un año en balance perderá el 20 por ciento del valor al que esté apuntado y si es más de dos años la pérdida será del 30 por ciento.
Para el caso de activos inmobiliarios que soporten los créditos morosos, las pérdidas van desde el 20 por ciento en el caso de que el malpagador viva en la casa hipotecada, al 40 por ciento si la casa está vacía. Las fincas rústicas (muchas de ellas pagadas a precio de urbanas), oficinas y naves terminadas perderán el 30 por ciento, y, en fín, las parcelas, solares, etc. solo podrán ser contabilizados al 50 por ciento del precio que se pagó.
En definitiva el Banco de España, (quizás porque la crisis es más grave que cualquiera  de las anteriores, quizás porque el agujero financiero es más grande)ha dicho que mantener inmovilizados créditos e inmuebles en el balance va a costar dinero y cuanto más tiempo pase, más dinero costará.
Las cajas y bancos tendrán que hacer sus cálculos y ver que les resulta más económico: perder dinero vendiendo viviendas o perder dinero aguantando tales viviendas. Servidor es de letras, pero aún así piensa que la combinación de los tres tipos de provisiones anunciadas por el Banco de España (aumento de la provisión para morosos, pérdida de valor de los activos inmobiliario en balance y valor contable de los activos que garanticen préstamos morosos) pueden ser un buen pinchazo en las posaderas de cajas y bancos para que estos se decidan, por fin,  reconocer errores y bajen sus pretensiones vendiendo a pérdidas.
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Bienvenido de nuevo Mr. Marshall (si alguna vez se fue)


DESDE LONDRESJ. Jacks

Bienvenido de nuevo Mr. Marshall (si alguna vez se fue)


@J. Jacks - 25/05/2010 06:00h
La Unión Europea nunca tomó sus decisiones por sí misma. Desde su creación estuvo “tutelada” por Estados Unidos, pero antes se guardaban las apariencias. Ahora ya no. Ahora, su presidente llama al de un país de la UE para que tome medidas y su secretario del Tesoro envía cartas antes de las votaciones del Consejo.
La medida mas importante del rescate aprobado por el Ecofin es la referida a las “Currency Swap Lines” con la Fed. Las “swap lines” o líneas de intercambio no son nuevas. Así, en 1962, la Fed ya estableció un servicio de “reciprocal currency agreements” con Bancos Centrales a través del Exchange Stabilization Fund (ESF). En 1978, ya hubo “swap lines” con el Bundesbank por valor de $30.000 millones de la venta de Derechos Especiales de Giro con el objetivo de evitar la depreciación del dólar.
(Nota: para algunos, el ESF es el “brazo armado” de la Fed para intervenir en la economía de un país con la compra-venta de acciones o deuda soberana según la “amistad” del país. En la crisis de México de 1994, el ESF se usó para evitar el impago de los Tesobonos a través de Bear Stearns, favor devuelto en el 2008 con su rescate).
Desde el año 2000, las entidades financieras europeas necesitaban dólares para proveer el incremento del crédito que la bajada de tipos había provocado con el euro. Para obtener esta financiación, las entidades podían pedir en euros domésticamente y convertirlos en dólares o pedir los dólares en el interbancario o a fondos del mercado monetario. El problema con convertir euros en dólares era el riesgo moneda. Como el crédito no podía cesar, se crearon las “swap lines”, y como resultado, la demanda de dólares de entidades financieras no americanas llegó hasta $34 billones en 2007.
¿Como creó la Fed $34 billones sin extender la inflación para que un español pudiera comprarse una casa? Con la ayuda de las entidades financieras americanas y su “innovación financiera” vía CDS y CDO y con fondos de hedge funds del Caribe. Sin CDS, sin CDO y sin los “malvados” hedge funds, no habría habido crédito en Europa. No habría habido hipotecas ni vacaciones en el Caribe.
Todas las entidades financieras europeas usaron estas líneas. Según el BIS, las entidades inglesas tomaron prestados $800.000 millones. Las suizas hasta 7 veces su PIB. Las holandesas $150.000 millones y una cifra ligeramente inferior las españolas.
Hasta 2007, las entidades financieras europeas podían cubrir sus necesidades de dólares a corto plazo sin problemas, ya fuera en el interbancario ($432.000 millones), pidiéndolos al BCE ($386.000 millones) o acudiendo a sus mercados nacionales convirtiendo euros de sus clientes nacionales en dólares.
Pero en agosto de 2007 la situación se hizo insostenible con Lehman. La obtención de dólares a través de swap lines se agravó cuando los Bancos Centrales retiraron sus reservas en dólares ($583.000 millones). La situación era tan complicada que algunas entidades colocaron oro como garantía a cambio de dólares.
Para algunas entidades la solución fue acudir a sus subsidiarias en EEUU (por eso algunas entidades españolas ya se habían instalado antes allí) que podían pedir a la Fed ($329.000 millones) y enviar los dólares desde EEUU hacia la UE (o hacia los BRIC).
Para el resto de entidades la solución fueron “unlimited swaps lines” con el BCE para suministrar a las entidades europeas todos los dólares que pidieran.El BCE dejaba de ser el Banco Central de Europa. La Fed se convertía en el “prestamista de última instancia”. 
Para ello, el BCE solicitaba cantidades ilimitadas de dólares de su línea en la Fed a cambio de euros. La Fed depositaría los dólares en la cuenta del BCE en la Fed de Nueva York. Cuando el BCE subastara los dólares entre “sus” entidades, la Fed transferiría los dólares desde la cuenta del BCE a la cuenta de la entidad que había acudido a la subasta. La obligación de devolver los dólares a la Fed sería del BCE, no de la entidad financiera.
Al ser un préstamo, la Fed cobra por prestar sus dólares. El tipo de interés sería el “USD Overnight Indexed Swap”. De esta forma, el Banco Central puede conceder a su vez nuevos préstamos en dólares a sus entidades vía repos (los dólares deben devolverse a la Fed). Así, cualquier entidad pueda disponer de un préstamo en dólares que no podría haber recibido (por no tener colateral o por estar el interbancario cerrado), lo cual permite disminuir el tipo al que las entidades se cobran entre ellas y prestar domésticamente.
¿Qué gana el BCE con una “swap line”? Salvar a sus entidades y por extensión a la deuda soberana. Si una entidad europea pidiera dólares a la Fed, al ser la mayoría insolventes y sin activos para vender, le resultaría imposible devolver el préstamo. Al hacerlo a través de una “swap line”, el BCE “enmascara” la situación real de entidades y de deuda soberana de algunos países.
¿Qué gana la Fed con una “swap line”? Estas líneas le permiten a la Fed actuar sobre el dólar y le ayudan a colocar su deuda (el mayor “Bid to Cover” de la historia solo dos días después de la aprobación del rescate del Ecofin).
Pero sobre todo, a la Fed le permite controlar a la economía de la UE y fastidiar a China. El plan del Ecofin depende de EEUU. Sin EEUU no hay rescate. Al mismo tiempo, la depreciación del euro provoca problemas para la moneda y las exportaciones chinas en un momento en el que China depende de la UE, de su crecimiento y de la salud de la deuda soberana de alguno de sus países (España).  
La desregulación financiera de los 90, de la cual los CDS y los CDO son sus “hijos”, no tuvo como objetivo el enriquecimiento de los banqueros o la concesión de hipotecas a las clases menos favorecidas sino una política calculada de la Fed.
La agenda de la Fed era abrir el mercado domestico EEUU para favorecer la entrada de las exportaciones alemanas, japonesas y chinas. Estas importaciones eran pagadas con un dólar (sin respaldo alguno) que la Fed creaba a su voluntad. Cada nueva exportación alemana o china a EEUU significaba más dependencia del dólar. El crecimiento alemán o chino dependía del mercado domestico americano, es decir, del Gobierno EEUU.
Por eso se necesitaba una UE con una moneda única. EEUU sabía que al final, los dólares acabarían retornando a EEUU. Esclavismo del siglo XXI financiado con dólares del Caribe y “swap lines” de la Fed.
Por eso, cuando alguna prensa dice que “el Gobierno de EEUU se juega un mínimo de $54.000 millones en el rescate europeo” hay que reírse. Lo que está en juego es el control económico de la UE. Y para ello, ahora como ha venido ocurriendo las últimas décadas, las “swap lines” o líneas de intercambio de Mr. Marshall son la herramienta.
Nota: Existen diferencias entre “swap lines”, “dólar lines” y “Currency Swap Lines”  pero aquí se analizan como si fueran iguales. 
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Señores del Gobierno, sigue sin haber solución




@J. Jacks - 18/05/2010 06:00h
Después de la Segunda Guerra Mundial, en EEUU se pensó que si se unía Europa bajo un solo gobierno, se podía hacer mucho dinero a la vez que se evitaba la costumbre de tener una guerra cada 20 años. De aquella idea nacería la Unión Europea y el euro en 1999.
Alemania y EEUU sabían en 1999 que meter a Grecia o España con Alemania o Francia bajo la misma moneda y con el corsé de los Criterios de Maastricht llevaría a los primeros a la ruina. Lans Bovenber ya había explicado que si se dejaba a los gobiernos la política fiscal, esos Criterios no sólo no impedirían los déficits, sino que los aumentarían. Barry Eichengreen ,Carl Walsh oPaula Hildebrandt se cansaron de explicar por qué este euro era un error para los países del Sur y que sólo era cuestión de tiempo que sus economías saltaran por los aires.
Pero Alemania necesitaba el gasto de los países del Sur, los países del Sur querían gastar y EEUU necesitaba una referencia para el dólar y evitar a Rusia. Todo el mundo ganaba. Todo con la ayuda del BCE. La apuesta podía haber salido bien o mal pero se contaba con los políticos y ciudadanos del Sur “comprometidos” con el gasto descontrolado.
Para 2005 ya había informes que alertaban de los desequilibrios que el euro estaba provocando en los países del Sur y de cómo estos ya no cumplían los criterios. En 2005, Grecia, Portugal, España…podían haber corregido dichos desequilibrios sin causar serios problemas a sus economías y ciudadanos pero se prefirió no hacer nada.
Para algunos la decisión de no hacer nada se debió a la incompetencia de la Comisión Europea. Para otros, quizás se debió a algo más. ¿Cómo convencer a millones de europeos que lo mejor para ellos era mayor centralización política en vez de gobiernos nacionales? Colocando las economías de sus Estados en tal situación que vieran que las decisiones de sus Gobiernos los llevaban a la ruina y que la Comisión era la salvación.
Quienes piensan así creen que los esfuerzos han empezado a dar resultado en 2010. Se empezó con Grecia, el eslabón débil, y España es la siguiente. A Grecia ya se le impuso medidas que sus ciudadanos no pueden asumir y España acaba de empezar con las suyas. 
Alemania y EEUU saben que las medidas del Gobierno sólo agravarán la crisis y no reducirán el déficit hasta el 3% (hasta dicho por “uno de los suyos”). Reducir gastos sin generar ingresos no reducirá el déficit (salvo un recorte a lo Letonia que se cargue el 20% del PIB). Para generar ingresos, el PIB deberá crecer. ¿Y va a crecer nuestro PIB?
El Gobierno estima un crecimiento del PIB para el 2011 del 1,8%. Según elBanco de España un 0,8%. La diferencia es la distinta evolución del consumo (+1,4% para el Gobierno y -0,3% para el Banco) y del nivel de ahorro (11% versus 16,6%). La realidad parece darle la razón al Banco ya que en el primer trimestre de 2010, la demanda descendió un 2,6%. Asumiendo la misma desviación para 2012 y 2013, el crecimiento del PIB sería del 1,2% y del 1,37%. La experiencia de pasadas crisis es que España necesitó el 2,6% anual para crear empleo neto. Sin empleo neto antes de 2013.
¿Por qué el PIB no crece? El 56% del PIB es consumo. Sin aumento del consumo no hay creación de empleo neto y el consumo no responde. La otra opción es el sector exterior. Para que el sector exterior ayude al crecimiento del PIB, la competitividad debe mejorar. Los Índices Armonizados de Competitividad muestran que si en el primer trimestre de 2009 era malo, en el último trimestre de 2009 fue peor. Así, la contribución del sector exterior será de 1,6 puntos en 2010 y 1 en 2011. Totalmente insuficiente.
Si ni el consumo ni el sector exterior contribuirán a que el PIB crezca por encima del 2,6% y el sector publico recorta su gasto, ¿cómo se enjuagará los €71.000 millones pendientes de déficit? Con más impuestos y recortes hasta que España vuelva a la situación que tenía en 2001.
El gasto en salarios supondrá otra vez el 10% y el resto de los componentes del gasto (10,9% en 2009) se reducirán hasta el 6,6%. Se reducirán prestaciones de desempleo, inversiones, transferencias corrientes hasta que el gasto vuelva al nivel de 2001. Probablemente se aumentará el tipo al 56% para rentas superiores a €53.407 y al 44% para rentas hasta €33.007. 
Someter a los ciudadanos a este ajuste no resolverá nada. En 1999 sabíamos que si el PIB crecía menos del 5,25%, solo se podía cumplir con un déficit del 3% y de deuda del 60% con una inflación superior al 3% (lo cual, a su vez, incumplía otro de los Criterios de Maastricht. Divertido como los alemanes crearon los Criterios, ¿no creen?).
Siguen sin querer enterarse de que es una deflación de deuda. Siguen sin querer enterarse que un plan que socorre a entidades financieras y a la deuda soberana no resuelve la deuda de las familias. Mientras no se arregle la deuda de las familias no hay solución.
Pero no hay que preocuparse. El Consejo Europeo ya ha decidido por ustedes su futuro. “La UE puede ser un agente de cambio en el mundo. Pero sólo será posible si trabajamos juntos; los cambios futuros son demasiado grandes para que un país pueda hacerles frente individualmente. Después de 50 años, la UE se enfrenta a una elección. 2010 puede marcar el comienzo de una nueva fase para la UE o caer en la marginalidad convirtiéndose en una irrelevante península de Asia”.
Toda la preocupación del Consejo es que Europa no se convierta en China. Qué curioso que alguien diga lo mismo, ¿no les parece?
¿Ven como las crisis sí sirven para algo?
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¿ESTA EN QUIEBRA EL ESTADO ESPAÑOL?



¿Está quebrada Caja Castilla La Mancha? Pues no está en quiebra, porque el Banco de España corre con la factura de todas las locuras cometidas en tal entidad; pero sí está en quiebra porque si no fuera por el Banco de España la CCM no podría pagar ni a los conserjes.
¿Está en quiebra el Estado Español? Pues no, porque el fondo de 650 mil millones habilitado por la UE y el FMI garantiza todos los pagos de la deuda española actual y futura. Pero también se puede decir con verdad que el Reino de España está en quiebra porque, si no fuera por esa megaoperación, la capacidad financiera del Reino de España se encaminaba aceleradamente a la escollera.
TRES CONSECUENCIAS: MAS POBRES Y MENOS SOBERANOS
1. Locuras bursátiles aparte, la nueva estabilidad financiera española no significa ni mucho menos que la crisis se haya superado; muy al contrario las medidas de reducción drástica del déficit público impuesta por Bruselas a Madrid supondrán, forzosamente, un menor crecimiento económico y, por tanto, menos empleo y más paro. Eso ya la dijo el Presidente Rodríguez Zapatero al rechazar las propuestas de Mariano Rajoy en el mismo sentido de rebajar el déficit, “porque eso dañaría el crecimiento”. Ahora, el presidente español no ha tenido oportunidad de discrepar y se ha tragado el sapo vivito y coleando.
2. La canciller alemana, Angela Merkel, ha pagado un alto precio electoral por su decisión de ayudar financieramente a Grecia. Aprendida la lección, ha aceptado ayudar a España, Portugal e Irlanda a condición de que los tres países se sometieran a un estricto contro económico-financiero por parte de la Comisión Europea. Como en una empresa bajo administración judicial, cualquier dinero que se mueva en España deberá contar con la autorización previa del administrador. Evidentemente se ha perdido soberanía, aunque no se puede descartar que esa pérdida sea positiva para los españoles.
UNA CONCLUSION
Rodríguez Zapatero pasará a la historia por ser el único actor en la tragedia de la economía española que no se dió cuenta del cisco en el que estaba metida. Las voces independientes de dentro –Banco de España, Funcas, Los 100 economistas, etc.– y desde fuera –UE, OCDE, FMI– advirtieron cuienes y cienes de veces que España debía reformarse económicamente. Zapatero siempre insistió en no reformar y apostó por una inminente salida del túnel. Lo más razonable, aunque no lo más probable, es que este hombre se fuera con los bártulos a otra parte. y2a -
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MONOGRAFICO - Declaración de la Renta

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Saben aquél... del economista, el matemático y el contable





Carlos Sánchez - 07/05/2010
Algunos economistas suelen contar un chiste que merece la pena recordar estos días. Un matemático, un contable y un economista acuden a una entrevista de trabajo. El primero en entrar es el matemático, y su entrevistador le pone a prueba con una pregunta absurda. ¿Cuánto son dos y dos?, le espeta. El matemático, sin titubear y un tanto contrariado, le responde de un tirón: ‘Por supuesto que cuatro’.
A continuación entra a la sala el contable, y el entrevistador le hace la misma pregunta. ¿Cuánto son dos y dos? ‘De media, son cuatro’, le contesta el contable. Ya se sabe la obsesión de los contables por cuadrar balances. El último en entrar a la sala es el economista, quien nada más escuchar el problema de labios de su interlocutor cierra las puertas y entorna las ventanas para asegurarse que nadie le pueda oír. ‘¿Cuánto quiere usted que salga?’, le susurra al oído.
A veces escuchando al presidente del Gobierno da la sensación de queZapatero se ha convertido en una especie de aprendiz de brujo de la economía. Utiliza las estadísticas de forma torticera y últimamente saca pecho con un argumento: España está mejor de lo que dicen los mercados. En particular en lo relacionado con el stock de deuda pública. Y es verdad que España cerró el año pasado con un endeudamiento público equivalente al 53,2% del PIB, 25 puntos menos que en la eurozona.
Sostiene Zapatero, igualmente, que gracias a ese bajo nivel de endeudamiento,  el pago de intereses representa únicamente el 2% del PIB, muy por debajo del 3% que, como media, destinan los países de  en este documentoPrácticamente igual que la eurozona.

Se dirá, entonces, que no hay problema, ya que estamos como ellos. Pero con una diferencia. Mientras que en la eurozona la carga de intereses crecerá ligeramente gracias a los bajos tipos de interés que han abaratado la deuda(aunque haya crecido el desequilibrio fiscal) en España aumentará nada menos que un 72%. O dicho en términos más elocuentes. Si este país se gastó el año 2009 -presupuesto inicial- 17.400 millones de euros en el servicio de la deuda, en 2013 es muy probable que esa cifra se haya ya duplicado, hasta el entorno de los 35.000 millones de euros. Una cifra, como se ve, al menos inquietante.
Una verdad a medias
El Gobierno puede argumentar que, efectivamente, la cantidad es relevante, pero  no hay que olvidar que en los años 90 el pago de intereses llegó a rozar el 5% del PIB. En concreto, un 4,8% entre 1992 y 1996. Estamos, de nuevo, ante una gran verdad. Aunque sólo a medias. España logró reducir aquella carga financiera insoportable gracias a la contención del gasto público, pero sobre todo por el efecto escalón que supuso pasar de unos tipos de interés cercanos al  10% en los últimos años de la peseta, a unos tipos que tras el nacimiento del euro llegaron a situarse en el entorno del 2%. Como se ve, mucho ahorro que no volverá a reproducirse por razones obvias. El único recorrido que tiene el precio del dinero en los próximos años es al alza.
Lo que sucedió ayer en los mercados de deuda es significativo. Elatormentado Tesoro Público tuvo que pagar un 3,58% por colocar bonos a cinco años. ¿Mucho o poco? Desde luego bastante más que el 2,75% de hace menos de un par de meses, el 10 de marzo. ¿Y saben cuánto costará esta sangría a los contribuyentes? Pues teniendo en cuenta que el Tesoro emitirá este año unos 225.000 millones de euros, si se consolida un diferencial de 100 puntos básicos con Alemania, esto significa ni más ni menos que esos malditos bastardos que responden al nombre de mercados  nos van a costar más de 2.000 millones de euros. Ya puede el Fiscal General del Estado echarlos un galgo, como sugirió ayer. Lo peor, sin embargo, es que la fiestano ha hecho más que empezar.
Las probabilidades de que el Reino de España quiebren son nulas (otra cosa es que se vea obligado a refinanciar una parte de su deuda), pero lo que está claro es que España ha bajado a la segunda división y durante mucho tiempo tendrá que convivir con diferenciales situados entre 100 y 200 puntos básicos respecto de Alemania.  Exactamente lo mismo que le sucedió a Italia durante la última década.
También se podrá decir que 35.000 millones de euros en pago de intereses al año no son mucho para un país cuyo producto interior bruto equivale a 1,05 billones de euros. Pero la comparación sería más correcta si se hace respecto del gasto total y no del PIB.
Un país hipotecado
Volvamos a utilizar las cifras de la UE. Según la Comisión Europea, en 2011 el gasto público total de España equivaldrá al 44,7% del PIB (con unos ingresos previstos del 35,9%). ¿Qué quiere decir esto? Pues que cerca del 8% de los recursos públicos se destinarán sólo al pago de intereses. Pero es que si se elimina la Seguridad Social (que se autofinancia) se estaría hablando de que este país se gastará en los próximos años alrededor de doce de cada cien euros sólo en el servicio de la deuda.
La deuda pública volverá, por lo tanto, a ser la partida más importante del presupuesto, incluso por encima del desempleo. De hecho, si se suman estas dos partidas eso significa que cuando el ministro de Hacienda de turno comience a elaborar las cuentas del  reino, ya sale con un déficit de 60.000 millones de euros, cantidad que debe asumir sin mover una coma para respetar los compromisos adquiridos. El pago de la deuda es sagrado(salvo que se baya a una reestructuración  como están descontando los mercados), y lo mismo sucede con el desempleo, salvo que se quiera caer en estallidos sociales como en Grecia.
O dicho con otras palabras. Este país se gastará en pagar la deuda dos veces y media más de lo que destinará este año a infraestructuras. Como se ve, un modelo de gestión de los recursos públicos.
La evolución del endeudamiento, por lo tanto, sí es un problema. Y si no que se lo digan a Italia, cuyo servicio de la deuda llegó a representar entre 1992 y 1996 un extraordinario 11,6% del PIB. Ni que decir tiene que ese modelo de crecimiento basado en pedir dinero al exterior era insostenible, y eso  explica que cuando comenzó a retirarse la metadona con la que crecía la economía italiana, el país ha permanecido estancado durante al menos una década. Exactamente lo mismo que le puede suceder a España, que como se ha demostrado -y habida cuenta del enorme apalancamiento de los agentes económicos privados (familias y empresas)- se ha venido abajo cuando le han retirado la gasolina. O sea, el crédito.
Hay que decir en honor a la verdad que Pedro Solbes, que ha sido una calamidad como ministro, tuvo la visión estratégica de dedicar buena parte de los superávits presupuestarios anteriores a la crisis en reducir el stock de deuda, y eso ha dado capacidad de maniobra al Gobierno para articular políticas anticíclicas. Decir que Elena Salgado es la ministra de Economía no es más que un juicio de intenciones.
Pero  dicho esto, lo que no parece razonable es que el Gobierno presuma de una insensatez, como es pensar que los mercados no leen los papeles. Los leen y pasan factura. Y ahí está lo que sucedió ayer. Entre otras cosas debido a algo extraordinariamente importante. Un aumento de las rentabilidades supone en paralelo un descenso de los precios de los activos (bonos u obligaciones), y eso va directamente contra el balance de los bancos y cajas españolas, que en buena medida son quienes han comprado ingentes cantidades de deuda pública. Y sólo le faltaba esto al sistema financiero. Empezar a dar pérdidas por la caída del valor de sus activos.

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Por qué España continúa camino de la bancarrota

NOTA DE VREdondoF : J.Jacks y desde Londres , estos seudonimos esconden a un profesional de finanzas al que conocemos muchos lectores de los comentarios de los articulos de  S.McCoy  , sus analisis siempre han sido IMPECABLES, acertados y ratificados por otros analistas que intervienen tambien en los susodichos comentarios , las equivocaciones que han tenido han sido minimas , lo que me lleva predecir que esto es lo que hay y que asi sera.
Uno se resiste a pensar que lo que ve J. Jacks no lo ven en el ministerio de economia , si lo ven ... pues que  ya se han acostumbrado y que la solucion que esperan es a traves de un milagro o que les da lo mismo , o que no lo ven y entonces "que Dios nos pesque confesados".



@J. Jacks - 04/05/2010 06:00h
Hace 6 meses, hablábamos en esta misma columna de la insostenibilidad de las cuentas públicas y por qué España iba camino de la bancarrota. Hace 6 meses, cuando algunos creían imposible que un país de la UE recibiera ayuda del FMI, hablábamos aquí que España necesitaba ya pedir ayuda al FMI.
Esto, que ya lo sabemos desde hace meses, no ha aparecido visible a algunos hasta que S&P ha rebajado nuestro rating. Un informe de “amigo”, porque sólo dice una mínima parte de lo que nos depara el futuro. Bienaventurados los que no necesitan a S&P para saber lo que verdaderamente ocurre porque mantendrán sus bolsillos a salvo.
S&P señala el excesivo endeudamiento de los sectores privado y público como lastre para la economía, a lo que el Gobierno responde con un Plan para reducir la Administración (que supondrá un ahorro de €16 millones) y la oposición responde que el Estado no puede endeudarse más y que debe hacer como las familias y reducir su deuda.
Engaños de un bando y engaños del otro. Hay un problema con reducir la deuda: a estas alturas, y bajo este sistema, Estado y familias no pueden reducir sus deudas a la vez.
La economía de un país se divide en 3 sectores, Privado (familias y empresas), Público (AAPP) y Exterior. Cada uno de estos 3 sectores tiene su Balance:
a) Balance del sector Privado: diferencia inversión y ahorro
b) Balance del sector Público: diferencia gasto e ingresos públicos
c) Balance del sector Exterior: diferencia exportaciones e importaciones
Cada sector está en déficit o en superávit si su ahorro es mayor que su inversión, su gasto fiscal mayor que su recaudación… lo importante para España son 3 conclusiones:
1) Si el sector público tiene superávit, las familias tendrán un déficit.
2) Si el sector público tiene déficit, las familias tendrán un superávit.
3) Sector público y sector privado no pueden tener superávit al mismo tiempo.“Alguien” tiene que tener un déficit. O el Estado se endeuda o lo hacen las familias.
Un ejemplo de lo anterior es la entrada de España en el euro. Cumplir con Maastricht supuso un necesario recorte de gastos públicos y un superávit presupuestario que duró hasta 2007.
Pero si un sector tiene superávit, otro tiene déficit. “Alguien” tiene que endeudarse. Así, las familias, gracias a la entrada de capitales, se endeudaron a cambio de empleo y riqueza inmobiliaria durante toda una década.
Pero este modelo no podía continuar indefinidamente. En 2005, el Banco de España decía que superávit presupuestario a costa de endeudar a las familias no era sostenible.

Lo que es insostenible es insostenible. La crisis estalla y desde 2009 ocurre lo contrario que entre 1999-2008: aumenta el ahorro familiar, lo que junto al despilfarro político lleva al endeudamiento y deterioro del sector público (ver
página 12página 22 y página 3).
En 2010, 
si nuestro Gobierno espera reducir el déficit al 3%, o el sector exterior tiene un superávit de 9 puntos o las familias gastan 9 puntos más que lo que ingresan (sobre PIB).
El sector exterior no puede tener ese superávit por las restricciones de la UE: el superávit corriente de un país es déficit de otro. Alemania tendría que disminuir su superávit para ayudar al sector exterior patrio.
Lo que significa que lo tendrán que hacer las familias gastando más. Pero, ¿qué hacen? Aumentan su ahorro y no consumen. Pues se las gravará, porque salir de la crisis pasa por más consumo de las familias (ver página 34).
Bajo este sistema (en el que deuda es crecimiento y dentro de la UE) Estado y familias no pueden reducir su déficit al mismo tiempo. “Alguien” tiene que endeudarse. Si lo hace el Estado, no cumplirá el 3%. Si lo hacen las familias… es que no pueden endeudarse más.
Los políticos de un lado piden que el Estado no se endeude, pero no cuentan que para que ello ocurra las familias tendrán que endeudarse. Los del otro lado despilfarran y no cuentan que es imposible reducir el déficit al 3% sin un ajuste brutal y que España no tiene medios por si sola para salir de la crisis.
Que los políticos no digan la verdad y que parte de los periodistas económicos defiendan una u otra causa es entendible pero ¿y los economistas? Colegas, ¿cuándo vais a explicar que dentro de esta pseudo Unión Monetaria y con esta clase política no hay solución?
De seguir así, seguimos dirigiéndonos hacia la bancarrota. En octubre de 2009 pedíamos la ayuda al FMI o la salida pactada del euro. Seis meses perdidos. ¿Qué esperamos?
Ah, que es que hay que esperar hasta que S&P nos diga en otro “informe” cómo estamos. Pues nada nada, niño, ponme una cerveza más y dime qué tapitas tienes, anda.
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