"O ROMPE O RACHA" , pero siempre pensando para mi mismo que estaba exagerando un poco y que a ultima hora habría "algo" que nos salvaría....
En este momento ya no se que PENSAR , tiro la toalla ... Zapatero de viaje oficial por Libia , Suiza , Bolivia y Argentina ... total que dentro de cuatro días las vacaciones de Navidad ....y en este país , manga por hombro y a la deriva :
"BBVA y Santander caen un 40% en 2010 arrastrados por el riesgo país".
y si era poco , la prima de riego :
"hoy (30/11) ha marcado un máximo en los 298 puntos básicos, su nivel más alto desde mayo de 1996, según datos en tiempo real de Bloomberg.
Asimismo, continúa la presión sobre la deuda de otros países de la periferia del euro y el diferencial de los bonos griegos se sitúa en 928 puntos básicos, mientras que el 'spread' de la deuda portuguesa se situaba en 456 puntos básicos y el de los bonos irlandeses subía a 700 puntos básicos. El diferencial de los bonos italianos a diez años respecto al 'bund' alemán marcaba su máximo histórico al alcanzar los 210 puntos básicos.".
Por todo ello y por concluir :
Vuelvo a repetir que la situación esta en:
"si sale con barbas SAN ANTONIO y si no LA PURÍSIMA".
Por ello SALVESE EL QUE PUEDA y "MARICÓN EL ULTIMO".
NOTA FINAL : Ya no volveré a "notificar" en los artículos de estas características , simplemente lo que haré sera poner el articulo y punto , ya que ha sido suficiente con las notas de los últimos artículos , seguir seria algo así como "HABLAR POR HABLAR" "usease" , perder el tiempo.
El Nobel de Economía, Paul Krugman, ha dedicado su último artículo semanal en New York Times/Herald Tribune a la situación económica de España. Sin novedades relevantes, Krugman explica con sencillez y claridad el dilema de la economía española: la permanencia en el euro obliga a una larga y penosa tarea de devaluación interna, pero abandonar el euro sería aún peor.
Reproduzco los párrafos mas inquietantes e importantes del artículo.
“Durante el boom, precios y salarios crecieron más rápidamente en España que en el resto de Europa, alimentando un fuerte déficit con exteriorr. Y cuando estalló la burbuja, la economía española se encontró con unos costes que le impedían ser competitiva frente a otra naciones.
“Si España todavía tuviera su propia divisa, como Estados Unidos –o como Gran Bretaña, con la que comparte muchas características económicas– podría dejar caer la paridad de la moneda, devolviendo así la competitividad a su economía. Pero dentro del euro esa opción no es posible. En su lugar, España debe conseguir una devaluación interna: bajar los salarios y los precios hasta que sus costes vuelvan a ser parecidos a los de sus vecinos.
“Una devaluación interna es una asunto ingrato. Por un lado, es lento: normalmente, bajar los salarios cuesta años de alto desempleo. A más a más, si los salarios bajan también cae la renta, con lo que no se puede reducir la deuda. Con otras palabras: la necesaria devaluación interna agrava los problemas de la deuda del sector privado.
“Todo esto significa que España tiene para los próximos años unas perspectivas económicas muy pobres. La recuperación de América ha sido decepcionante, especialment en términos de empleo, pero por lo menos hemos visto un cierto crecimiento económico, con el PIB recuperando, más o menos, las pautas de crecimiento de la pre-crisis, por eso resulta razonable esperar que el futuro crecimiento ayudará a mantener nuestro déficit bajo control. España, por su parte, no se ha recuperado en absoluto. Y la ausencia de recuperación se traduce en miedo respecto del futuro fiscal español.
“¿Debería España salir de esta trampa, abandonando el euro y reestableciendo su propia moneda? ¿Podría?
“La respuesta a las dos preguntas es probablemente no. España estaría mejor si nunca hubiera entrado en el euro, pero intentar marcharse ahora desencadenaría una importante crisis bancaria, con los depositantes corriendo para llevar su dinero a otra parte. A menos que, de cualquier forma, hubiera una crisis bancaria catastrófica –lo que resulta plausible para Grecia, crecientemente posible para Irlanda, y cada vez menos imposible para España– es difícil ver a cualquier Gobierno español aceptando el riesgo de “deseuronizarse“.